dos cuerpos de mujer
acorralados en mi lecho,
lluvia de sensaciones
emociones y nuevos sabores.
Son dos pechos latiendo
al unísono del silencio
y son dos labios juguetones
los inferiores y los superiores
que mano a mano caminando van
por donde nunca antes
Y sombras fugaces
deleitan el reflejo
de dos almas enjauladas
que en su libertad desbocada
se aferran, se funden...se escapan...
Sueña una mujer con su amada
a altas horas de la madrugada.
Su piel se distrae jugando
con un verbo inacabado
que no tiene un principio
ni tampoco un final propicio
ni un participio, ni un pasado...
es gerundio imperfecto
y en voz pasiva relata
que suyo es el placer
que su amada le regala
y si invierten los roles
será activa de voz
pues todo cuanto diga
recaerá en ella, su mujer
quien la espera y la vela
y a veces la cela con la mirada
con la pasión más viva e inacabada
en la búsqueda de conjugar
un futuro más que perfecto
porque de condicionales amoríos
ya están los cuerpos resabidos.
Querer a una mujer es deseo inadvertido
amarla es algo más comprometido,
pero estar enamorada de su ser
es un acierto seguro
siempre y cuando sea correspondido.
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