Capitana Efe, el señor
Méndez está aquí, dice que la conoce ¿lo dejo entrar?
Si por favor, muéstrale
el camino y luego nos traes un café.-
Carlos Méndez era mi
mejor amigo, aunque no somos de hablar todos los días yo lo considero mi
familia, mi hermano, sé que yo para él soy igual una hermana; luego de estudiar
todo la preparatoria juntos y sobrevivir a los continuos maltratos en la
preparatoria hicimos un gran vínculo, cuando finalmente saque de mi vida a mi
padre y lo tomará como muerto, él fue el que evitó que destruyera mi vida con
esa tragedia no sé si en verdad llegue a superarla o simplemente aprendí a
vivir sin ella a mi lado.
¿Carlos cómo estás? Como
ha pasado el tiempo ¿no? ¿Cómo está tu hermosa familia? .- lo abrace antes de
que mi secretario saliera sorprendiéndolo ya que no era de mostrar cariño en
público, soy conocida por ser bastante fría y dura con todos.-
Bien, mi esposa “bella”
te manda saludos dice que te espera para el dia del trabajador en casa, que no
aceptará ningún tipo de excusa y, Julia bueno, esta en esa edad en la que uno
como padre se pregunta ¿que hice para merecer semejante castigo?. comentó algo
preocupado por el comportamiento de su hija.-
Explícame qué sucede con
Julia, la última vez que la vi quería estudiar algo referente a biología y con
eso crear algo pro ambiental o algo así.- respondí algo perdida de la carrera
de la niña y haciendo caso omiso del tono con el que se refería a Olga, tenía
suficiente tiempo tratándolos y sabía que era un comportamiento casi normal su
relación odio - amor.
Bueno esta estudiando
eso, está en su último año de biología marina, pero resulta que tiene que
irse de la casa de su tía le va tocar vivir sola y eso no me gustaría,
prefiero que esté en un lugar seguro, tu sabes lo peligroso que está
todo, ¿como ella va estar sola? a parte está con un grupo de amigas que nunca
sé de qué están hablando, me da miedo que se esté metiendo en problemas.-
Respondió mi amigo con voz baja con un tono de voz bastante preocupado.-
¿Y en qué te puedo
ayudar yo? que necesitabas venir aquí para pedirme el favor - Respondí.
Sospechaba que me iba a pedir que fuera la niñera de Julia. Algo que no me
llamaba la atención para nada.-
Necesito que me alquiles
una habitación en tu casa, sé que tú podrías saber en qué anda con poco tiempo
en tu casa y, tus normas de militar la ayudarían a tener disciplina, yo
creo que es lo que le hace falta un poco de mano dura, sabes que Olga y yo no
creemos en eso así que se crió explorando los límites y ahora no sabemos cómo
implementarlos, por favor ayúdame.- Suplicó el padre.-
¿Dios pero qué puedo
saber yo de ser madre Carlos, si sabes que se me mueren hasta las plantas
no? ¿Estás seguro que quieres que comparta conmigo?.
Claro que si Carol ¿por
qué no iba a querer que compartiera contigo? Eres una de las mujeres más
espectaculares que conozco, eres capitana de la marina del país, condecorada
mil veces por todos tus logros e investigaciones, eres recta, leal, una
excelente amiga, que podría estar mal en ti para alejar a mi hija.- su comentario
hizo que un rojo escarlata tiñera mi rostro, sé que éramos muy buenos amigos,
pero el hecho de que me confiara a su hija me sorprendía, siempre pensé
que no me tenía tanta confianza.-
Carlos… Lo abracé antes
de que mis lágrimas rodaran libre por mis mejillas, escondiendo mi rostro en su
cuello. -Eres mi mejor amigo, sabes que haría lo que me pidieras, así sea darte
mi hígado, te daría lo que me pidieras.-
Perfecto ella está
afuera esperándote, sé que tienen mucho tiempo sin verse, pero seguro se
llevaran bien.- Carlos se paró de la silla rápidamente antes de que su amiga
cambiara de opinión. Su hija era tan contraria a lo que su amiga era, que
sentía que estaba alterando el orden natural de las cosas a poner a esos dos
seres a compartir, aunque obviamente su amiga conocía a su hija y a toda su
familia, pero la había visto en contadas ocasiones. Carol era de las personas
distantes, aunque siempre estuvo para los momentos importantes, aun cuando no
estaba todos los días, él y su familia le debían tanto a ella que no sabían por
dónde empezar a pagar todo lo que ella había hecho por ellos.-
Cuando Carol salió justo
detrás de Carlos para encontrarse con la chica, se sorprendió de ver a una
joven con un estilo totalmente rebelde, todo lo contrario a lo que se esperaba
de la primogénita de su amigo, su amigo era un hombre de traje y corbata con
estilo de hombre de los años cincuenta, organizado al punto de ser obsesivo, y
la joven era una rebelde de sangre, el jean tenía huecos en las rodillas, los
converse gritaban y suplicaban que dejaran de usarlos, la camisa roja resaltaba
su color de piel blanca, el cabello lo tenía corto con unos mechones en la
parte de adelante más largo, aún conservaba su color rubio y, sus ojos grises
seguían igual de enérgicos. Carol se sorprendió de la imagen de la chica,
aunque apenas tenía 20 años era una joven realmente hermosa, emanaba una
energía embriagante propia de la juventud y se preguntó ¿qué había hecho para
asustar a su padre?.-
Hola Julia ¿cómo estás?
Tiempo sin verte.- la saludé acercándome a ella.- El color rojo de sus mejillas
me dio ternura y a la vez un calor en mi pecho poco común en mí, arrugué mi
entrecejo por la sensación nueva.-
Sabía que iría a
esconderse detrás de ti, siempre te busca cuando empiezo a molestarlo.-
respondió en tono agrio.-
Su papá iba a decir algo
pero con un gesto se lo impedi, sabía que solo quería manipular a su padre,
hacer que se sintiera mal para ella lograr lo que quería.-
Bueno tu padre me
comentó que querías vivir sola, pero le da miedo, algo que apoyo. A mí también
me daría miedo que mi hija se vaya a vivir sola en una ciudad tan peligrosa
como está.- comenté cuando entramos a la oficina. Mi secretario estaba
sorprendido por la visita y no me extrañaba, en los diez años que he estado
aquí nunca nadie me había visitado.-
No soy una niña ya tengo
21 años, soy perfectamente capaz de cuidarme sola.- respondió segura.-
Eso no lo dudo pero
estaremos más tranquilos así, pero si no quieres vivir conmigo puedo poner un
batallón de mi gente a seguirte a todas partes y podrás vivir donde quieras.-
me arriesgué apelando a su sentido de independencia y privacidad.
No hace falta eso,
prefiero vivir contigo que con él.- dijo dándose la vuelta, pude observar desde
mi puesto como se limpiaba una lágrima de su mejilla.-
Perfecto, entonces
decidido de manera democrática, vivirás conmigo hasta que se considere
necesario. Cuando lleguemos a casa te explicaré las normas, espero que las
respetes. No tengo que explicarte mucho dado que me conoces, pero espero que
entiendas por qué en mi caso hago todo esto.- No quería sonar
condescendiente con ella; ella inmediatamente supo que esta medida me tomó por
sorpresa tanto a ella como a mí, aunque estoy segura que ella tuvo un poco más
de tiempo para prepararse.-
Los dejé solos un
momento para que hablaran, mientras que yo estaba hablando con mi
asistente/secretario sobre cómo reprogramar todas mis reuniones ya que hoy no
podía quedarme. Él estaba con humor extraño, pero siempre profesional - Ivan te
explico mañana, en verdad no tengo paciencia para tus reclamos. Te explicaré
por respeto, pero no porque tenga que hacerlo, tú estuviste claro en lo que yo
quería y lo aceptaste, así que no quiero problemas.- Le dije al joven, aunque
mis impulsos sexuales no eran muy frecuentes, había períodos que necesitaba la
compañía de algún hombre para satisfacerlo, aunque casi nunca lo lograba, pero
por lo menos lo intentaba, aun cuando en mi cabeza una voz gritaba “esto no es
lo que quieres porque sigues negándote a vivir”.
Vamos, te mostraré tu
nuevo hogar.- Nos dirigimos en silencio, no tenía nada que decirle y podía
entender que ella estuviera molesta, yo todavía no sabía cómo equilibrar mi
vida con su estadía en casa, lo único que esperaba era que su padre lograra
conseguir la manera de comunicarse con ella.-
Cuando llegamos nos
bajamos en silencio hasta que finalmente entramos a mi apartamento, era un pent
house, de tres habitaciones, con terraza y áreas verdes mandadas a construir
por mí, claro no era mucho, eran unos tres metros de grama y unas jardineras
ubicadas en el borde de la terraza, en la pared izquierda a un costado, se
podía disfrutar de una parrillera que nunca usaba y del lado derecho, se
encontraban unas poltronas que utilizaba con mayor regularidad cuando quería pensar,
al fondo había un pequeño jacuzzi suficientemente grande para dos personas
adultas, el cual tenía el fin de conseguir que mis visitas se desvistieran
mucho más rápido, aunque los hombres no tardaban por lo general en
desvestirse.-
Julia, ésta será tu
habitación, puedes tenerla como mejor te sientas con ella, pero por favor, nada
de drogas, ni cigarros. Si no te gusta el color podemos salir a comprar lo que
requieras y mañana se ambienta a tu gusto.- Dije mostrando una habitación
bastante iluminada con baño propio, en la pared del fondo en sentido contrario
a donde estaba la cama, había una ventana inmensa que ocupaba toda la pared,
esta ventana la comunicaba con un pequeño balcón donde estaba una mesa redonda
pequeña y dos sillas.-
La dejó en su cuarto
para que se acomode y haga lo que quiera que vaya a hacer, pero cuando estoy
llegando a la puerta la escucho decir “Carol, gracias por recibirme sin
preguntar el motivo”
Siempre cuentas conmigo,
toda tu familia cuenta conmigo, cuando quieras hablar de ello, estaré para
escucharte, nunca fué mi intención molestarte con esto. conteste con una
sonrisa de medio lado. Sentía un gran aprecio por ella y aunque tenía tiempo
que no la veía hoy me había inspirado una ternura que hace años nadie me
inspiraba.
Han pasado ya dos
semanas desde que Julia se mudó conmigo, no es una mala inquilina, algo
enérgica, pero yo soy proporcional a ella en lo inactiva cuando estoy en la
casa. Hoy me he retrasado bastante, la última reunión para trazar los
lineamientos contra los ataques que hemos sufrido por la costa norte del país
se extendió, sé que debo ir yo a investigar, no porque lo dicta el protocolo,
sino porque lo siento como mi responsabilidad. En eso pensaba cuando finalmente
abro la puerta de la casa y me sorprendo del delicioso aroma que sale de la
cocina me dirijo sin pensarlo a allí para descubrir a Julia cocinando un pollo
en una cama de vegetales, sin controlarme, abrí el horno robándome una rebanada
de pimentón, llevándola a mi boca aún caliente, tan caliente que me quemé al
morderla, causando una sonrisa tierna en Julia quien con cuidado, me limpió la
comisura del labio donde se había derramado un poco del jugo de los vegetales.
Sé que fue un gesto natural, no pensó en lo que yo podría pensar o sentir, pero
me pareció tan sexy y dulce su gesto que mi cuerpo se tensó de expectación por
ese simple roce. Se dio cuenta de la atmósfera que se había creado en la cocina
al llenarse de energía y tensión sexual, “porque no te cambias mientras yo
arreglo todo” me le quedé viendo a sus hermosos ojos azules, perdiéndome en
ellos, sintiendo una necesidad inmensa de besarla, como si nuestros cuerpos
fueras polos opuestos de un imán nos fuimos acercándonos hasta estar los
suficientemente cerca como para sentir su calor, mi mano rozó su brazo derechos
sintiendo su piel suave, embriagante, mis labios estaban casi rozando los
suyos, cuando finalmente probé sus labios gemí de placer “lo siento” susurre separándome
de ella.-
Me dirigí a mi cuarto a
cambiarme para la cena, en verdad que lo que probé producto de mi robo, estaba
realmente delicioso, así que cuando a los pocos minutos de estar en mi
habitación me llamó para que fuera a comer, no lo dudé ni un minuto. La cena
fue bastante agradable a pesar del momento tenso de antes, una conversación
ligera, divertida y que nos relajó por completo.
Bueno Julia, gracias por
la cena estaba deliciosa pero debo salir.- dije con tristeza aunque no quería
salir debía verme con Alfredo pues estaba un poco incómodo con la situación y
no quería que se sintiera peor.-
Está bien, tranquila,
cuídate.- Su tono de voz triste me hizo entrecerrar los ojos.-
Estás bien Julia, en
verdad lo siento por lo de la cocina, no volverá a suceder. Su rostro se volvió
rojo pero no dijo nada, solo negó con la cabeza.-
Está bien como quieras,
sabes mi número, llama si necesitas algo ¿Seguro estás bien?- Volví a preguntar
antes de salir de la casa.-
si estoy bien
tranquila.- Respondió
Hola Alfredo ¿cómo
estás? Lo saludé dándole un beso suave en los labios, aunque sabía que no era
el hombre de mi vida, era una excelente persona y un gran amigo, así que aunque
estaba clara que no lo amaba, si lo quería mucho.-
Bien linda ¿y tú?.-
respondió intensificando el beso, sentí como sus manos tomaron mi cintura y me
pegaban más a él, no íbamos a hablar mucho, por el beso sé lo que quiso decir
con “necesitamos hablar”. Me dejé hacer por él, dejé que tomara el control de
la situación conduciéndome a la recamara, quitó mi blusa para seguir con el
pantalón, disfrutando de la vista de mi cuerpo blanco y definido por el
ejercicio. Tenía ropa interior de seda elástica color verde esmeralda, su color
favorito, inmediatamente me quitó el sujetador y comenzó a acariciar de manera
delicada uno de mis senos, sus dedos delicados acariciando mi pezón derecho
mientras su boca jugaba con mi pezón izquierdo. Comencé a gemir sin poder
controlarlo, él sabía cómo tocarme para que mi cuerpo respondiera a él, me
gustaba su rudeza y lo delicado que podía ser al mismo tiempo.
Me separé un poco de él
para comenzar a desvestirlo y deleitarme con su cuerpo. Era un subordinado, nos
conocimos cuando me tocó entrenarlo, así que me esmeré en hacer que tuviera un
cuerpo de envidia con el cual deleitarme, aunque al principio no estaba segura
de si lo podría lograr. Besé cada uno de los cuadritos de su six pack, luego
quitándole su jean y su bóxer juntos, jugué con su miembro ya erecto, era
grande y algo venoso, pero muy delicioso. Besé su glande deleitándome de su
sabor para luego, introducirlo en mi boca chupándolo, rodeándolo con mi
lengua, jugando con él presionándolo con mis labios para volver a chuparlo como
si fuera un helado. Sentí como su miembro se volvía más duro y como sus piernas
empezaron a temblar y antes de que pudiera protestar, apreté con mi mano la base
de su pene, me separé de él “Respira que hoy probaré algo que estoy segura te
encantará”. Hice que apoyara sus manos en la cama y mi cabeza reposando en la
cama mientras él embestía con fuerza su pene en mi boca, con mis jugos moje mi
dedo índice y comencé lentamente a jugar en su ano con cuidado, no quería que
se arrepintiera y se echara para atrás. Presioné un poco introduciendo la punta
de mi dedo, escuché su gemido con una liga de dolor y placer, su pene creció
aún más si podía y aunque me dolía la boca de abrirla para que entrara todos
sus 18 cm, lo comencé a chupar con fuerza apretándolo cuando lo retiraba y
empujaba mi dedo más adentro en su ano. No pasó mucho tiempo antes de sentir
que empujó su pene aun más adentro dándome arcadas que me costaron controlar y
sentí como su pene explotó en mi boca. Se tiró en la cama respirando
forzadamente, me excitaba saber que tenía el control hasta cierto punto de su
cuerpo, me monté sobre él, rozando mi sexo sobre su pene semi erecto,
simplemente para torturarlo, mientras con mis manos sostenía sobre su cabeza
sus manos, comenzó a besarme mordiendo mis labios, luego chupando mi cuello,
sabía que mañana tendría que ingeniármelas para tapar el chupón que seguro me
dejaría solo para satisfacer su ego.-
Comencé a moverme con
más fuerza, moviendo mis caderas en todos los sentidos mientras que le decía
palabras soeces en el oído excitándolo y llevándolo al límite, cuando sentí que
levantó sus caderas y me penetró con fuerza grité, un grito lleno de placer con
un poco de dolor, el se dio la vuelta quedando sobre mí, sabía que quería
poseerme y comenzó a penetrarme en ese ritmo que tanto me encanta, lento y
profundo, sintiendo como su pene invadía todo mi interior. Paró unos segundos
colocando mis piernas en sus hombros para penetrarme con fuerza, me gustaba y
él lo sabía, sabía que esa era la manera más rápida de llevarme al orgasmo, mis
manos jugaban con mis senos, sentí como su pene creció poniéndose más duro y
apreté mis músculos vaginales provocando que el orgasmo nos invadiera a ambos
al mismo tiempo, transportándonos a un delicioso estado de relajación, aunque
mi cuerpo pedía, sabía que debía dejarlo descansar para poder lograr que
hiciera lo que yo quería. Estábamos acostados cada uno en su lado de la cama,
cuando empiezo nuevamente a besar su pene flácido, cuando está semi erecto, mi
celular suena, lo dejo sonar sin importarme realmente quien era pero cuando
suena una tercera vez, decido que lo mejor es que atienda.-
Aló ¿quién es?.-
Contesté en tono brusco por la interrupción.-
Carol, soy Julia, es que
estamos sin energía, sé que es tonto y suena infantil pero realmente le tengo
miedo a la oscuridad ¿podrías venir?.- comentó Julia con la voz temblorosa.-
Respirando hondo
contesté - Voy en camino. Métete en mi cuarto y busca debajo de la cama, hay
una lámpara de emergencia que te ayudará mientras llego.- Antes de trancar
escuché como trataba de luchar con las ganas de llorar, escuchar eso fue
suficiente para hacerme saber que debía regresar a casa.-
Lo siento me debo ir.-
dije dándole un beso a Alfredo para comenzar a vestirme.-
¿Cómo? ¿Me dejarás así?
No puedes hacerlo, aun tengo ganas.- respondió algo frustrado.-
Lo sé, yo también pero
debo irme lo siento.- Dije saliendo de la habitación para buscar el resto de
mis cosas. Salí de la habitación antes de que se volviera una discusión fuera
de control, era solo sexo él lo sabe, no sé por qué tiene que tratar de
convertirlo en algo más, no me sentía bien completamente con él ni con el sexo
con los hombres pero era lo más seguro. Llegué antes de darme cuenta a la casa,
todo el camino iba pensando en que tal vez la relación con Alfredo deba
terminar, me gustaba porque era fácil, él era un chico dócil que hacía lo que
yo quería, pero no entiende que es solo sexo de desahogo, unos cuantos
encuentros al mes y listo. Entré a la casa buscando a Julia directo en la
habitación.-
¿Julia cómo estás?.-
pregunté acercándome a ella con cuidado.-
Ella al escucharme se
colocó de rodilla en la cama y me abrazó pasando sus brazos por mi cuello, yo
la abracé pasando mis brazos por la espalda, tratando de entender por qué
lloraba. No pregunté qué sucedía, la empujé con delicadeza para que se acostara
en la cama mientras yo me quitaba los zapatos para acostarme también, ella
inmediatamente apoyó su cabeza en mi hombro y montó una pierna sobre mí,
descansando medio cuerpo de ella sobre el mío, me sorprendió lo cómoda que
resultaba la posición.-
No sé a qué hora regresó
la luz, me desperté con el sonido del despertador a lo lejos y cuando me moví
para apagarlo, me doy cuenta que me había puesto sobre Julia apoyando
totalmente mi cuerpo sobre ella. Ella me veía con un brillo extraño en los ojos
y sus manos estaban en mi cadera, nos quedamos unos segundos viéndonos y poco a
poco mi boca se fue acercando a la suya, pero justo cuando estábamos a escasos
centímetros de besarnos sonó el timbre de la casa, me paré como un relámpago
separándome de ella, salí técnicamente huyendo de la habitación, abrí la puerta
y me sorprendió ver a Carlos ahí.
Hola Carlos ¿qué pasó?-
Pregunté un tanto nerviosa.-
¿Cómo estás Carol?
siempre directa al grano.- Sonrió.- Vine a visitar a mi hija, ayer se fue la
luz y se pone algo nerviosa, espero que no te haya ocasionado problemas.-
comentó pasando para sentarse en la sala.-
No para nada, solo
interrumpió algo con Alfredo pero ya se le pasará.- Carlos sabía de todas mis
aventuras sexuales y mi debilidad por los hombres más jóvenes, siempre me decía
que tenía que sentar cabeza, que no podía seguir perdiendo el tiempo, que ya
debía formar mi familia.-
¿Dejaste a Alfredo o
Alfredo está aquí?- preguntó curioso.-
Sabes que nunca los
traigo a casa, además no es serio, es solo sexo lo sabes, no me hagas decirlo
en voz alta. Julia me llamó avisándome que se había ido la luz y lo nerviosa
que estaba, así que no podía dejarla sola.- Respondí poniéndome roja de
repente.- ¿quieres café?.- Complementé antes que él pudiera decir algo
más.-
Carol sabes que serías
una excelente madre, no te vas a parecer en nada a tu mamá, ¿Lo sabes verdad?
Podrías intentarlo de nuevo Carolina, no tienes que seguir culpándote- me
abrazó antes de que yo pudiera responder. Lo abracé también y sin darme cuenta,
unas cuantas lágrimas se derramaron por mis mejillas.-
Siento interrumpir la
escena de amor.- el tono de voz de Julia era serio y una vena se marcaba en su
frente, era primera vez que la veía así en todo el tiempo que la conozco.-
Me di la vuelta antes
que ella pudiera ver que había llorado, ¿quieres café Julia?.- le pregunté
dirigiéndole una mirada insegura, mi voz sonó algo ronca y mis ojos estaban aún
algo llorosos.-
Sí gracias.- Respondió
ella levantando una ceja cuando nuestras miradas se cruzaron, inmediatamente
desvié mi mirada. Les serví el café y los dejé solos para que hablaran, yo
debía ir a la oficina y ya iba retrasada.-
Cuando llegué a la
oficina estaba hecha un caos; no era un caos por la actividad errática anómala
de los funcionarios. Continúo a mi oficina a esperar que me informen qué
sucede, no puedo aparecer así por así solamente porque sería una intromisión a
los deberes de mis compañeros, por lo que lo mejor es esperar. No pasó mucho
tiempo para que mi compañero de división pidiera hablar conmigo, luego de
explicarme todo lo que sucedía me dio un sobre, sabía que estábamos frente a un
problema de Estado, ya que es lo único que hace que todo lo que se diga o haga
se convierta en confidencial. Perdí la noción del tiempo, las investigaciones
no avanzaban y eso me estaba frustrando, se que teníamos que actuar rápido pero
con mucha cautela, no queríamos que supieran que sabíamos de ellos y
convertirnos en un país en ruinas como había pasado con varios países de
Europa. A las nueve de la noche decido irme a la casa, ya no se podía hacer
mucho más, mañana comenzaríamos con el proceso de infiltración de los
funcionarios en la célula del grupo madre.
Entré a la casa y noto
que todo está tranquilo, algo sorprendentemente extraño porque Julia
generalmente suele estar activa haciendo algo en la computadora portátil.
Dirijo mis pasos a la habitación sorprendiéndome de los gemidos que escucho en
la suya, me sonreí imaginándola tocándose. Un estremecimiento recorrió todo mi
cuerpo, el calor que tomó mi entrepierna me sorprendió, tenía muchos años que
no sentía esa necesidad casi animal de estar con alguien y el hecho de
que haya sido por escuchar a la joven que fácilmente podría ser mi hija me
asusto mucho; una cosa era estar con hombres menores pero estar con la hija de
mi mejor amigo era traspasar la línea de lo aceptable, aunque el besarla y desearla
ya de por sí era una violación al código de amistad.-
* * * *
“No puedo creer que mi
padre me haya mandado con una niñera, es insólito” pensé cuando estaba entrando
al complejo militar donde mi papá me había citado, llegué al edificio y quedé
sorprendida del ambiente de poder que estaba en ese piso, me sentí insegura de
estar rodeada de tantas personas con uniforme. Estaba tratando de controlar mis
nervios por toda la disciplina que había en la sala.-
Cuando vi a la
mujer que salió de las puertas dobles de madera maciza que se encontraban
justo al frente del ascensor, estaba vestida con una falda negra y chaqueta, un
traje femenino militar, pero quedé impresionada con la fuerza que emanaba de
ella, todos los hombres y mujeres que estaban pasando voltearon a verla, ella
sonrió y dirigió su mirada a mí, sentí como si fuera la única mujer de la sala,
vi el cambio de azul claro a un azul intenso, su cara se contrajo para luego
relajarse y sonreírme con una dulzura que recordaba de pequeña.
Estaba perdida en sus
ojos hasta que me dijo que ahora viviría con ella, se me ocurrieron varias
tantas cosas que hacer con ella en su casa que el calor en mi entrepierna
creció. Traté de alejar esos pensamientos de mi cabeza, ella era la mejor amiga
de mi padre, sabía que si intentaba algo con ella mis padres me matarían y
finalmente estaba el hecho que no sabía nada de su vida privada, podría ser gay
o ser la mujer más heterosexual del planeta pero definitivamente me encantaría
estar en sus brazos y ser objeto de toda esa energía que gritaban sus ojos.-
Ya tengo un mes viviendo
con Carol, hoy se fue la luz y me da pavor, me recuerda la vez que me quedé
encerrada en un ascensor toda la noche porque hubo un corte de luz, desde esa
vez quedé aterrada de estar sola sin luz, claro apenas tenía unos quince años
pero es algo que no he podido superar.-
La llamé pidiéndole que
por favor regresará antes de que el pánico me controlara, me sorprendió que
llegara tan rápido, cuando la vi parada justo a un lado de la cama me tiré a
sus brazos sintiendo su cuerpo fuerte abrazarme, nos quedamos dormida ella
abrazándome y yo apoyando la mitad de mi cuerpo sobre el suyo; sentir sus
brazos rodeando mi cuerpo me hizo sentir tan segura, su olor dulce me hacía
sentir de una forma totalmente nueva, inexplicable como sí estuviera destinada
a estar en sus brazos.
Nos despertamos con el
sonido del despertador y ella se giró colocándose sobre mí, me excité sin poder
controlarme como una adolescente sin experiencia cuando sentí que su pierna se
ubicó entre mis piernas, pude ver de nuevo ese fuego en su mirada que me quemó,
y mi vientre se contrajo de expectación. Por un momento me imaginé besándola,
probando sus labios, acariciando su cuerpo, tocando sus senos, nos quedamos en
silencio viéndonos a los ojos mutuamente, para ese momento ya yo tenía más que
claro que me estaba enamorando de ella, me gustaba, me gustaba su energía
magnética, la dulzura con la que me trataba, el hecho que su mirada me hablará,
una vez que veía sus hermosos ojos color marrón me perdía en ellos, con esa
mezcla entre miedo, deseo y energía que la hacía inexplicable; cuando siento
que finalmente mis labios van a rozar los suyos suena el timbre de la casa,
ambas nos separamos algo alteradas por la tensión que existió entre las dos,
sé que ella sintió el calor que de repente surgió entre nosotras pero no dijo
nada.-
Cuando salgo a ver quién
era la persona que había tocado el timbre me sorprendo de ver a mi padre
abrazándola a ella, por un momento me dieron celos, pero ¿por qué?, no lo
sé o mejor dicho aunque ya le estaba dando vueltas a esa idea desde hace tiempo
no estaba lista para admitir que a lo mejor todo lo que mi mamá gritaba era
cierto y ella era la amante de mi padre; se que por un beso no la convierte en
mi pareja o algo por el estilo, pero el hecho de que nos hayamos besado en una
oportunidad y hace unos minutos casi vuelve a ocurrir me da una idea de que tal
vez es bisexual no elimina el hecho de que es amiga de mi familia desde hace
años y por lo tanto una mujer prohibida. Observó cómo se limpia una lágrima de
su cara, levantó una ceja intrigada por su conducta, pero ella solo sonríe
tratando de calmarme, pero al observar su mirada confundida me encogió el
corazón, en este tiempo que hemos estado viviendo juntas he llegado a conocerla
a reconocer su mirada triste detrás de una sonrisa o el hecho de que por
segundos su mirada se pierda mirando al vacío.
Dime padre ¿Qué te trae
por aquí?.- Pregunté en tono fuerte, más fuerte de lo que había pensado
utilizar, al final el no tenía la culpa de mis sentimientos hacía su amiga.-
Hija no estés molesta
conmigo, tu sabes que no puedo hacer mucho, era la hija de la amiga de tu mamá
y tu mamá está muy pendiente de lo que dirán hija debes entenderla, yo no opino
sobre tu vida privada pero, tu mamá es distinta para ella es importante vivir
como ella cree que se debe.- dijo su papá en tono conciliador.-
Si, si, si y yo debo
entenderla pero ella no puede entenderme a mí, era mi pareja o bueno algo
parecido y ella simplemente me ocultó que mi pareja se iba a casar con mi
primo, ¡ustedes lo sabían! esto es ridículo en verdad, no entiendo por qué me
esfuerzo con ella papá, ella desde que se enteró que soy lesbiana no me acepta
me tolera porque sabe que no puede rechazarme abiertamente por ti pero no
porque me entienda.- dije sentándome frustrada en el sofá.-
No digas eso hija tu
sabes que tu mamá te quiere a su manera lo hace, esa chica no te merecía.- Dijo
su padre con cariño. ¿Cómo te va viviendo con Carolina?.- Preguntó cambiando de
tema.
Un rojo brillante se
extendió por mi cara y me quede sin palabras por unos segundos hasta que con un
poco de esfuerzo pude responderle “bien, aun acostumbrándonos a esto de
convivir” recordé la escena de la mañana y el tirón de excitación que sentí en
mi entrepierna al recordar el cuerpo firme y duro de Carolina, cómo el muslo
chocó contra mi entrepierna en la mañana haciendo que me excitara de forma
automática, los senos grandes de ella, sus brazos fuertes que la sostenían
sobre ella, todo el cuerpo de Carolina invitaba a tocarlo y recorrerlo con
cuidado, lujuria y perderse entre sus piernas.- Recordé que mi padre aún estaba
ahí conmigo y volví a la realidad.-
Padre bien, durante este
tiempo nos hemos ido conociendo, es una buena persona y muy dulce, ¿sabes que
hace dos noches me trajo de cena comida china deliciosa?.- El rubor volvió a mí
al recordar ese miércoles que ella llegó con la cena, le había dicho que me
sentía un poco mal, estaba de mal humor algo deprimida había tenido varios
problemas en la universidad y llegue a casa con un humor súper bajo.
Hola Julia ¿cómo te
sientes? Mira te traje comida china, me imaginé que te gustaban los vegetales
así que traje una serie de ellos, tallarines, vegetales con pollo, arroz
clásico, arroz especial y cantonés ... tienes para escoger.-
No tenías que molestarte
Carolina, yo me podía cocinar cualquier cosa.- Respondí con algo de pena.-
No es ninguna molestia,
además con la caída que te diste en clase no deberías esforzarte mucho, tus
compañeros me dijeron que te golpeaste la espalda. Si quieres después que
comamos y te bañes te pongo una crema que ayuda con los golpes, aunque arde
mucho ¿aguantarás?.- comentó en tono de broma.-
Gracias Caro, eres muy
linda.- dije sin pensarlo, pero pude observar cómo se tensó y su cuerpo se puso
firme.- Lo siento no quise incomodarte.- completé al ver su reacción.-
Ella tomó un poco de
agua antes de contestarme “no me incomodas Julia, sólo que no estoy
acostumbrada a esto” se paró de la silla y se dirigió al cuarto; había pasado
unos diez minutos cuando me indicó que regresaba a la oficina porque
tenía que adelantar trabajo.-
Me quedé pensando, ella
por un lado podía ser tan dulce pero por el otro se comportaba como una
insensible autómata me sacaba de quicio, aunque igual siempre trataba de
colaborar lo máximo en la casa, siempre le dejaba el desayuno listo con
una nota pegada a la cafetera o en el microondas, la nota decía “ya me he ido,
espero que tengas un excelente día”, no sé qué pensaba de eso, pero como a la
semana de estar haciéndolo noto en mi cuarto un pequeño taco de notas
autoadhesivas eran cuadradas de colores amarillo, rojo brillante, verde y un
fucsia bastante escandaloso, detrás del blog estaba firmado con una nota en
forma de buque que decía “no quiero que te quedes sin post it para mis
desayunos, gracias son muy ricos”.-
Así fueron pasando las
semanas y nos comunicábamos a través de notas las mías de manera natural eran
más dulces las suyas generalmente eran bastantes inexpresivas, había
descubierto recientemente que cuando una nota la sonrojaba la letra se hacía
más chiquita. últimamente había tenido más valor y en las notas de forma muy
sutil le hacía saber que ella me gustaba, se que estaba jugando con fuego pero
no podía controlarme necesitaba estar con ella y no solo sexualmente necesitaba
estar con ella en todos los sentidos.-
Hija te conozco sé que
la chica no era tan importante que lo que te molestó fue tu madre pero ella es
tu mamá y debemos quererla así, con Carolina por favor no le des dolores de
cabeza, sé que ella trata de ser responsable de ti por mí, no vayas a hacer
nada que pueda perjudicarla.- dijo el padre tratando de que Julia entendiera
que su comportamiento debía ser intachable por el bien de la carrera de su
amiga. Estoy hablando con tu madre para comprarte un apartamento, ahí podrás
ser libre y ella no tendrá que aguantar a tus amigas.- comentó con una sonrisa.
ese fue el alegato que usó para venderle la idea a su esposa.-
Eran las once de la
noche cuando Julia escuchó la puerta de la casa se paró para verla, habían
estado distante desde la visita de su padre y ya no quería seguir así, sabía
que tenía sentimientos hacia a ella o al menos creía causarle cierta curiosidad
no podían seguir evitándose y comportándose como adolescentes. “hola Carolina
¿cómo te fue hoy?” - le pregunté preocupada. Su rostro lucia gris, sus ojos
estaban algo desubicados y su paso vacilante me alertó. ¿Te sientes bien?
pregunté acercándome a ella.-
No me respondió, sólo se
sentó en el sofá. Se notaba realmente agotada, me coloqué detrás de ella,
comencé a hacerle un masaje en los hombros sorprendiéndome de lo duro que tenía
sus músculos, “siéntate Julia “ me senté a su lado aun preocupada por su cara.-
Carol habla conmigo,
tenemos cinco meses viviendo juntas, hemos pasado muchas cosas, habla conmigo.-
Dije realmente preocupada, nunca la había visto llegar tan cansada y en ese
estado.
No sé qué está pasando
conmigo, me siento agotada, este problema en la oficina me tiene algo
desubicada, hoy en unos ejercicios de entrenamiento deje que un novato me
pateara en la costilla se que no me lastimó mucho, seguro un hematoma nada más
pero pudo haber sido peor.-
Yo sé que el hecho de
las notas, la vez que se colocó sobre mí en la cama y la creciente
tensión sexual que se generaba cuando estábamos a solas la estaba afectando, sé
que su sentido del deber con mi papá la hacía sentir mal, como si estuviera
fallándole. Me le quedé viendo a los ojos vi la tormenta que crecía en su ser,
mi corazón se encogió con su pesar sin controlarme me acerqué a ella con
delicadeza y lentamente la besé, apenas rozando sus labios.
No te alejes de mi
Carolina ya hemos pasado por esto antes dame una oportunidad, vamos date la
oportunidad.- Dije suplicante, durante días habíamos estado en un ir y venir de
emociones, cuando sentía que por fin se daría la oportunidad de aceptar
intentarlo conmigo ella retrocedía; había algo que la hacía parar al momento de
plantearse lo que sucedía como algo más que unos simples besos a veces pensaba
que era por mi papá, pero luego me despertaba con los gritos de sus pesadillas
y me preguntaba ¿Qué estaba pasando por su cabeza?.- Me acerqué a ella,
colocando mi frente contra su frente, la besé con cuidado temblando
internamente por temor a que volviera a huir de mí, me sorprendí mucho de que
me respondiera el beso y mucho más, lo que me dijo cuando se dio cuenta que se
había dejado llevar y estaba sobre mí besándome “ No quiero que te pase lo
mismo que a ella, no soy buena para ti”.- Dijo agonizantemente, se separó de mí
y salió de la casa.
Me quedé frustrada en el
sofá teníamos casi un mes con estos mismos episodios ella correspondía mis
besos, mis caricias pero de repente salía huyendo espantada. Cuando regresaba,
trataba de hablar con ella, pero era imposible actuaba como si nada sucediera,
yo me sentía impotente porque muchas veces ella no regresaba hasta el día
siguiente, seguramente por haberse ido con algún amigo de cama. De esos ella
tiene muchos, algo que me hacía sentir muchos celos, nunca he sido una persona
celosa pero ella hacía que los sintiera.- Me quedé esperándola en el sofá hasta
que casi amaneció, me rendí ya sabía que no aparcería por el resto del día.
Manuela no se qué hacer
en verdad creo que me volverá loca, hay momentos en que se deja llevar por lo
que siente pero luego me mira con esa cara de miedo que me parte el corazón.-
mi mirada estaba fija en la taza de café Cappuccino que me había entregado la
joven que atendía el pequeño café italiano ubicado a unas tres cuadras de la
universidad, siempre íbamos a ahí cuando queríamos hablar pero no podíamos
alejarnos por mucho tiempo de la universidad.
No sé porque sigues
empeñada en ella no es tu manera de actuar, no es que te haga falta eso es más,
siempre te han gustado las chicas que acuden a ti y aceptan tu cláusulas de “sin
compromiso” ¿por qué cambió eso? ¿No crees que se detenga porque es amiga de tu
papá? Tú misma has dicho que es una versión heterosexual de ti, claro con más
carácter y un toque endemoniadamente sexy.- Respondió su amiga notando como la
camarera que hace unos minutos las había atendido, veía con detenimiento a
Julia.- Sabes, no sé cómo haces para volver locas a las mujeres con un simple
hola.- completó notando el hambre sexual en la mirada de la joven camarera, no
estaba mal era morena, delgada con un tatuaje que se veía por debajo de su
manga, su estilo de vestir algo roquero aun con el uniforme de pantalón caqui y
franela verde se notaba que cuando se vestía era con un estilo salvaje.-
Julia y Manuela habían
sido amigas desde que tenían memoria eran como el blanco y el negro, Manuela
una heterosexual empedernida adoraba todo lo que era tener sexo con un hombre y
Julia, lesbiana declarada desde que tenía uso de razón pero por algún sentido
irónico del destino, se habían convertido en amigas inseparables. Manuela de
piel morena, pasada de peso ligeramente, el cabello negro azabache, con un ojo
marrón y otro gris, le daba un toque exótico. Durante años Manuela se había
sentido un mutante por el color de sus ojos, hasta que entendió que era algo
muy llamativo: Había estado ahí para Julia más veces de las que podía recordar
y Julia la había ayudado a superar el hecho de enterarse que era adoptada
cuando se enteró odió al mundo, odió a su mamá, pero luego comprendió y
agradeció haber caído en una familia que la quería y la trataba sin diferencias
aun y cuando tenían tres hijos de sangre, para todos ella era una más de la
familia.- Julia le hizo entender eso, llevándola a albergues donde había
jóvenes que nunca fueron adoptados luchando por sobrevivir un día a la vez,
tratando de no perderse en ese mundo de indolencia, carencias y burocracia que
se convierten los albergues. Desde esa vez, ambas iban una vez al mes a
colaborar con un albergue, le llevaban ropa, comida y un poco de apoyo a los
más jóvenes.-
No sé qué me pasa con
ella Manuela pero en verdad siento esta necesidad de estar con ella, tanto así
que por momentos, he dejado de fijarme en otras mujeres, ella no sé, me hace
sentir tan única claro cuando no está huyendo de mí.- Respondí tristemente
Dices que no habla mucho
de su pasado ¿no? A lo mejor quedó traumatizada por algo que vivió y por eso se
niega. Me dices que responde a tus caricias, puede ser que no seas su única
mujer, pero que la última que estuvo con ella la haya marcado.- comentó
distraídamente Manuela, ya que estaba concentrada haciéndole ojitos a un joven
que llegó a la cafetería y que estaba viéndola sin discreción alguna.-
Me despedí de mi amiga
pensando en todo lo que dijo, podría ser eso. Llegué a la casa pensando en mil
motivos que le den sentido a la negativa de Carolina de darse una oportunidad
si no es conmigo con otra persona, pero no es justo que siga escondida en su
juego de solo “es sexo”. Me esforcé por dejar de pensar en ella, tenía unos
trabajos de la universidad que entregar mañana y si raspaba una materia, me iba
a ver en problemas porque ahí si mi mamá diría que ando en malos pasos. ¡Ahh!
no pueden entender que no soy una niña.
Ivan te he dicho mil
veces que no puedes dejarme papeles aquí con una nota simplemente, tú has visto
la cantidad de papeles que tengo, ese puto papelito amarillo se pierde en este
mar.- Grité fúrica y frustrada por lo que estaba pasando con Julia y con la
idea cada día más cercana, de que tenía que ir a alta mar a investigar la
desaparición de dos submarinos y toda su tripulación.-
Sí Jefa, porque no sale
un momento y cuando llegue yo tendré todo organizado.- respondió en tono
conciliador.-
Arrugando la piel de mi
frente lo vi con severidad, déjalo por hoy Iván son las siete de la noche y
debo ir a casa mañana me indicas sino sácale una copia y me lo das, deja un
hueco en la agenda por si debo viajar para final de semana.-
Sí señora.-
respondió sabiamente haciendo el saludo militar clásico. Respondí el
saludo observando cómo salía de la oficina con una calma que estaba muy lejana
a sentir, recogí todas mis cosas sintiéndome emocional y físicamente agotada,
las noches eran un suplicio las pesadillas eran cada vez peor, pensé que había
enterrado ese desastre.- Me quedé congelada viendo como si fuera una película
la vez que la vi por primera vez, estaba de vacaciones en la
escuela militar apenas diecinueve años, no tenía mi uniforme pero mi
comportamiento era de militar, ella me sonrió cuando la saludé para realizar mi
pedido, estaba cubriendo el turno a una amiga, eso me lo dijo horas más tarde,
era la tienda de su mamá.
Me llamo Maite.- dijo
presentándose.-
Yo Carolina.- Respondí
sintiendo como mi rostro se volvía rojo.
Capitana tiene una
llamada por la línea dos.- me interrumpe Iván.-
Buenas noches Capitana
efe al habla.- Contesté duramente
Hija, tu padre acaba de
morir, el velorio es mañana a partir de las 10 de la mañana me gustaría
poder verte.- Dijo la mujer con voz insegura al otro
lado de la línea.-
Yo no pude contestar
nada, me quedé segundos o minutos en silencio, recordando rápidamente porque
estábamos en esta situación, tranqué el teléfono con calma sin responder a la
mujer al otro extremo de la línea, sentía que estaba viendo todo en tercera
persona. No sé cómo llegué hasta la casa, apenas pude caminar hasta el sofá
antes de caer como autómata viendo a la nada sin hablar.-
Mi cabeza era un mar de
confusiones ¿cómo podía ser tan tonta? luego de veinte años yo todavía me
sentía mal por él, luego de todo lo que me hizo. Me senté ida en el sofá de la
casa, absorta en mis pensamientos, no sé en qué momento lloré, tenía tantos
años que no pensaba en eso, por unos minutos me di la oportunidad de pensar, de
imaginarme cómo sería mi hija, cómo sería mi vida si mi padre no me hubiese
sacado así esa noche tal vez… Dejé un momento la cabeza en blanco tratando de
revivir los buenos momentos con mi padre, pero me costaba conseguir alguno que
no estuviera ligado a un sentimiento triste, o algún acto violento o
controlador de su parte.- La imagen de mi hija me atormentaba, no tenía
cara obviamente, pero la figura algo difusa corría en los parques, en la yerba
o simplemente me daba un abrazo. El día que mi padre vino llegó a mi mente
atemorizándome, recordé cada una de sus palabras “Carolina ¿Cómo que estás embarazada?.-
Gritó fúrico cuando entró a la casa.-
“cálmate padre estás muy
alterado, no quiero problemas con los vecinos”.- respondí levantando las manos
para tratar de calmarlo.-
“¿cómo quieres que me
calme, si me entero que mi hija está embarazada y para completar viviendo con
una mujer? Escúchame bien no permitiré que traigas un hijo para criarlo con esa
degenerada que te pervirtió y te alejó del camino de Dios”. Exclamó cada vez
más molesto.-
“No es tu problema con
quien yo arme mi familia y sí, estoy embarazada y lo tendré con ella, seremos
una familia te guste o no”.- Grité molesta.-
No me dio tiempo de
protegerme solo sentí su golpe en mi cara, por unos segundos quedé desubicada
por la fuerza con la que me había golpeado, cuando me ubiqué, él estaba parado
frente a mí observándome con asco, me señaló con su mano y con todo lo que
tenía albergado dentro de él me gritó “no lo tendrás Carolina, no permitiré que
manches el nombre de mi familia”.- Salió de la casa azotando la puerta, quedé
sentada en el piso aturdida por lo que había pasado..”
¿Carolina estas bien?
¿Cariño? Escucho a lo lejos, cuando vuelvo a la realidad, observo a Julia
arrodillada entre mis piernas, parecía realmente asustada.-
La observé en silencio
unos instantes incapaz de reaccionar, de manifestar todo lo que estaba
sucediendo en mi mente, comprendí en ese momento que por un lado finalmente era
libre, el hombre que hace cuarenta años me había dado la vida ahora yacía
muerto en el nicho familiar, comprendí igualmente que estoy realmente sola.
Supe, sentí y comprendí la magnitud del daño que me había hecho mi padre. Con
mi mano temblorosa acaricié la mejilla izquierda de Julia, perdiéndome en la
dulzura que reflejaba su mirada azul, podía finalmente amar sin miedo que
mi padre le hiciera daño.-
Ella no dijo nada, se
acercó a mí y muy lentamente con cuidado, como si tuviera miedo de hacerme
daño, me besó la frente con cuidado, tratando de consolarme en ese simple
gesto; sentí el calor de sus labios y en todo mi cuerpo se extendió un
escalofrío “Vamos a acostarte cariño” dijo ayudándome a parar, pase mis brazos
por el alrededor de su cuello y la abrace atrayéndola a mí ella se sento en mis
piernas compartiendo el abrazo, me deje llevar por la sensación de seguridad
que sentía en sus brazos.-
Me desvistió con
cuidado, preparó el baño y me ayudó a meterme en la bañera, yo la seguía como
autómata, ella se metió en la bañera conmigo, rodeándome con sus brazos, apoyé
la cabeza en su hombro, dejándome llevar por sus cuidados.-
No sé cuánto tiempo pasamos
en la bañera, sentía todo mi cuerpo en una neblina que me impedía comunicarme
con el mundo exterior completamente pero sentir sus brazos y sus caricias me
calmaba. Me acostó en la cama y cuando se iba a ir le dije con voz quebrada
“por favor no me dejes”.
“No me iré cariño”.-
respondió metiéndose en la cama conmigo abrazándome.-
Sus brazos fueron un
bálsamo para mi mente tormentosa. Hicieron que aunque fuese por unos minutos,
dejara de pensar en mi padre y en lo sucedido años atrás. Pude sentir la calidez
de su piel, su suavidad y la ternura con la que me arropaba en su abrazo
protector. Sentí su caricia tranquilizadora en mi espalda y sus besos en mi
cabeza intentando darme consuelo aunque ignoraba la razón de mi estado. Debía
decirle, no podía seguir haciéndola a un lado sin explicarle la razón; debía
saber que no era un capricho para mí. Debía saber que más allá de lo complicado
que podía ser por el vínculo que me unía a su padre, estaba el terror que me
embargaba al pensar en dejarme llevar por ese sentimiento que había nacido
durante estos meses y que hoy, justo entre sus brazos, ya no lo podía seguir
negando. La amaba. Amaba a esa pequeña. Amaba todo de ella y ya no quería
dejarla ir. Quería dejarla entrar y que me llenara de su ternura, de su energía,
de sus ganas de vivir. Esas ganas que murieron cuando mi hijo falleció. Quería
que me enseñara a amar de esa manera desenfrenada, sin prejuicios y sin
barreras. Un amor donde sólo existiéramos ella y yo y donde el mundo exterior,
sólo nos sirviera de telón para nuestra amor. Simplemente quería amarla y ahora
no había nada que pudiera evitar que la ame.
Mi padre falleció.- dije
al fin con voz un poco más ronca de lo normal.
¿Qué? - preguntó
sorprendida.
Mi madre me llamó
avisándome.
¡Oh cariño, cuánto lo
siento! - ajustó su abrazo para apretarme más hacia ella.
La verdad es ... que no
sé qué sentir al respecto.- le confesé _ No sé si me entristece o si ... - me
cohibí de terminar la oración pues no quería parecer insensible ante ella.
¿Qué cariño? Habla
conmigo _ la instó _ Puedes contarme lo que sea. Julia intuía que algo muy malo
le debía haber pasado para sentir esa confusión ante la muerte de su padre,
pero fuese lo que fuese, quería estar allí para ella. Quería hacerle sentir que
podía contar con ella y la apoyaría en todo lo que necesitara. Sabía que era
una niña aún y que no tenía nada más allá de su amor para ofrecer, pero no por
ello renunciaría sin luchar. Por primera vez, sentía que estaba enamorada y
haría todo lo que estuviese en sus manos para ganarse el amor de Carolina.
Me hizo mucho daño
Julia; hizo algo que aún hoy no le puedo perdonar _ Dijo con la voz quebrada.
Respiró hondo para disminuir el nudo en su garganta y así tomar valor para
contarle el horror que vivió. Esa tormenta en la que se convirtió su vida
cuando su padre se enteró de su relación, con quien era el amor de su vida en
ese entonces y el abismo en el que cayó cuando perdió a su bebé.
Cuando tenía un par de
años más que tú, conocí a una chica que me cautivó desde el mismo momento en
que la vi, sus ojos fueron mi perdición y no tuve oportunidad de escapar _ hice
una pausa recordando ese momento embarazoso en el que me había quedado embobada
viéndola con el dinero en la mano. Sonreí al recrear su sonrisa tierna. - Era un
ángel, yo estaba de vacaciones y ella también; sólo que atendía la tienda de su
madre para ayudarla en esos días de temporada alta. Sin explicarnos el por qué
conectamos de inmediato, pero no fue sino hasta el día siguiente que volví a su
tienda y le dije para vernos fuera y pasar el rato. Así lo hicimos, salimos y
la pasamos genial ... yo ya había sentido atracción por otras chicas antes pero
lo de ella fue tan rápido, tan inesperado que no me dio tiempo de asimilarlo
sino cuando estaba perdidamente enamorada de ella. Afortunadamente me
correspondía así que dejamos fluir nuestra relación. Queríamos comernos el
mundo las dos juntas, yo en mi carrera militar y ella con el derecho; nos
hicimos tan amigas a ojos de nuestros padres que cuando planteamos la idea de
irnos a vivir juntas no se opusieron, nos ayudaron hasta que comenzamos a
trabajar y a sustentarnos nosotras mismas. Todo iba de maravilla hasta que un
día mi padre llegó de imprevisto y nos vio en condiciones que no dejaban mucho
a la imaginación ... ahí comenzó el infierno. Mi padre nunca lo aceptó e hizo
todo lo posible por hacernos la vida de cuadritos. Los padres de Maite, aunque
no era lo que querían para su hija, terminaron por aceptar que yo era su
felicidad, pero eso enfureció más a mi padre y la guerra fue peor _ hice una
pausa al recordar una de las tantas discusiones que había tenido con él y donde
me había dicho cosas tan hirientes que aún hoy, me hacían un nudo en la
garganta - En nuestra búsqueda de aligerar las cosas y de que entendiera que
nuestra relación no era una experimentación o algo pasajero, decidimos tener un
hijo por inseminación ... hicimos todo con ayuda de los padres de Maite y
resultó, salí embarazada. Pensamos que al ser yo, mi padre lo aceptaría pero -
sonreí con ironía - fue peor. No le dije sino hasta que estaba en mi sexto mes
y ya no podía ocultar la barriga. Me insultó y a mi bebé también, decía que era
producto del pecado y que jamás lo tendría ... nunca imaginé que hablaba en
serio _ se me quebró la voz - Cuando me le enfrenté él ... me pegó una
cachetada tan fuerte que me aturdió, pero cuando pude reaccionar me nubló la
rabia y me le fui encima también ... forcejeamos y ... _ ya un par de lágrimas
recorrían mis mejillas - me tiró al piso tan fuerte que al rebotar, pegué de la
mesa de centro _ me limpié las mejillas con impotencia - perdí a mi hija ...
era una niña y la perdí _ hice una pausa tratando de agarrar valor para
terminar de contar mi historia - Después de eso quedamos devastadas, yo dejé de
hablarme con mis padres y Maite ... ella lo intentó, de verdad que lo hizo,
pero no pudo con aquello y se fue. Se fue del país con sus padres y nunca más
la vi, no supe cuanto me afectó su partida sino hasta después de haber pasado
tres años, fue cuando acepte ayuda psicológica pero ya había pasado muchos años
no podía buscarla, no después de todo lo que había pasado asi que aprendí a
vivir con eso y jure que no sentiría nada por nadie.
Carolina se separó del
abrazo de Julia para poder verla a los ojos.
Por eso no sé qué siento
respecto a su muerte - negaba ligeramente - quisiera poder ser una hija normal
y lamentarlo pero _ ya no pude aguantar más y comencé a sollozar - ¡dios!
Siento que por fin se hizo justicia. gemí separándome apenada de Julia.
Entre su llanto,
concientizó que por primera vez lo había expresado con palabras, por primera
vez había dejado salir toda la rabia, la impotencia y la frustración que le
causó el rechazo de sus padres. Por primera vez, había verbalizado todo el
dolor y el resentimiento albergado hacia el hombre que le había dado la vida,
pero que a su vez, le había quitado parte de su corazón. Por primera vez, dejó
salir a la mujer indefensa, triste y sola que mantuvo encerrada durante tantos
años, dejándose proteger y consolar por aquella niña que sin querer, se había
convertido en su red de salvación. Una red que no esperaba, pero que estaba
allí y que ahora no quería dejar ir. Julia no sabía que decir, no sabía cómo aliviar
mi dolor, así que simplemente me abrazó. Sus manos acariciaban mi espalda con
cuidado y amor, me dejé llevar por esa sensación que ella me inspiraba y me
dormí sin darme cuenta.
Al despertar al día
siguiente sentí la protección que me brindaban sus brazos, sintiéndome pequeña
e incapaz, me autocensure por los pensamientos que estaba teniendo. Julia
me había cuidado la noche anterior, haciendo posible que luego de tantos años
pudiera finalmente hablar del horror que viví, un horror que ni su padre sabía
aunque sospechaba que el tenía cierto conocimiento de lo que había sucedido,
solo que yo nunca tuve el valor para decirle por mi misma lo que había
sucedido. Supo de mi separación con una pareja misteriosa que nunca conoció, se
enteró de los maltratos de mi padre en la preparatoria antes que entrara a la
academia militar y religiosamente me visitó durante mi estadía en el hospital
cuando perdí a la niña, pero nunca pude decirle quién había sido mi pareja y
qué había sucedido en verdad, todo murió con una simple frase: “Mi padre trató
de controlarme nuevamente, pero esta vez me defendí”.-
Me sobresalté por el
hilo de mis pensamientos, los cuales estaban empeñados en sacar del baúl del
olvido de mi memoria todos los eventos que viví con mi padre, por más que
trataba de conseguir un momento bueno y agradable, se me hacía imposible.
Abrazándome al cuerpo de Julia me resguardé en sus brazos sorprendiéndome
de la sensación de protección y seguridad que sentía con ella.- observé su
cuerpo juvenil y por un momento la culpa me invadió, era técnicamente una niña
y estaba a mi lado ¿qué podía ofrecerle yo? Se merecía a alguien de su edad,
que no esté marcada y dañada alguien que la llenara de vida. Como si leyera mis
pensamientos, levantó la cara con ternura infinita en sus ojos “no puedo creer
que él te haya hecho eso, lo siento tanto cariño”… me besó con dulzura,
comenzando primero con un roce sutil de nuestros labios, para luego besarme con
más seguridad. Con la primera caricia ya me tenía entregada a ella, me dejé
llevar por lo que me hacía sentir, permitiendo que tomará mi cuerpo, entregándome
completamente de forma sincera como tenía años que no lo hacía.. Nuestros
cuerpos se volvieron uno mis manos recorriendo su piel deleitándose con su
cuerpo. “Déjame amarte, no me saques de tu vida” - La oí decirme antes de
besarme con más intensidad. Ante aquellas palabras y su manera de besarme, me
abandoné a su merced deseando únicamente perderme en ella. Mis manos
acariciaban sus mejillas aún insegura de que todo lo que estaba pasando fuera
real y sin poder controlarlo le dije “no podría sacarte de mi vida porque te
has adueñado de mi corazón”. En mis labios se formó una sonrisa sincera cuando
vi el brillo en su mirada. Sabía que aunque nuestro amor para muchos sería
incomprendido por la diferencia de edad, lo superaríamos juntas.-
Se separó un poco de mi
cuerpo para dejar libre una de sus manos y acariciar con la yema de sus dedos
el contorno de mi rostro, bajando lentamente por mi cuello hasta llegar al
valle de mis senos. Con el dorso de sus dedos, acarició la base de cada pecho
justo antes de acercar su boca y tomar uno de mis pezones con sus labios.
Humedeció sus labios para luego acariciar suavemente con ellos mi pico
sensible. Sentir esa caricia cálida robó un pequeño gemido de mi boca, los
movimientos suaves y delicados que hacía me encantaban. Rodeó con su lengua
todo mi pezón, culminando con una pequeña presión sobre mi pico, acción que
provocó de manera inevitable un pequeño jadeo de mi parte. Repitió su atención
sobre su gemelo, haciendo que un corrientazo de excitación recorriera todo mi
cuerpo. Hizo un camino de besos por todo mi cuerpo hasta llegar a mi centro, un
camino que se grabó a fuego a su paso al encender mi piel y mi deseo. Con sus
labios cálidos, comenzó a hacer movimientos circulares en la piel lisa de mi
monte de venus, al principio sólo acariciando la piel pero luego, comenzó a
besarme como si fueran mis labios brindándome una sensación tan divina que la
humedad en mi entrepierna se hizo más copiosa. Su boca prometía el cielo y apenas
comenzaba, así que junté todo mi autocontrol para no dejarme llevar por esa
explosión que que estaba segura arrasaría con mi ser.
Me instó a abrir un poco
más mis piernas y dejar al descubierto la reacción más básica de mi cuerpo, la
vi observarme con deseo, la vi humedecer sus labios con la punta de su lengua
justo antes de acercar su rostro a mi centro y lamer lentamente mi clítoris
desde la base hasta su punta. El gemido de mi boca fue incontenible, estaba tan
sensible y tan necesitada de sus caricias que al primer contacto fue un cortocircuito
en mis terminaciones nerviosas y cuando la sentí tomar toda mi intimidad con su
boca, perdí la noción de todo. Sólo existían sus labios, su lengua juguetona y
sus dedos que me exploraban con curiosidad. Definitivamente no era primeriza en
lo que hacía, pero podía notar que cada movimiento o caricia que me regalaba,
lo hacía con mucho cuidado para no hacerme daño. Ese pequeño detalle me hizo
amarla más, pues estaba segura que luchaba con sus hormonas para no actuar de
manera desenfrenada y sin control como se solía hacer a esa edad. Para hacerle
saber que me encantaba lo que hacía, me agarré de su cabeza y dejé salir sin
freno alguno el placer que me propinaba, sintiendo como poco a poco su
delicadeza fue abriendo paso a la pasión, dejándome completamente sin aliento y
sin control,
El orgasmo llegó a mí de
forma sublime, transportándome a otro mundo, haciendo que todo mi cuerpo
temblara, que mis músculos, mis piernas y mis brazos se volvieran a la
vez pesados y livianos. Ella dejó dio un último beso luego de dejar de lamer y
tomar todo lo que salía de mi intimidad antes de subir y acostarse sobre mi
costado cubriéndome con su brazo y su pierna- – Te quiero- Logré murmurar
cuando palabras coherentes se formaron en mi boca. - Yo también te quiero- respondió
antes de darme un beso con sabor a mí y a ella, haciéndolo un beso delicioso.-
Mi cuerpo respondió a su abrazo ajustándose más a él antes de quedar durante un
par de horas, en una semiinconsciencia.
¿Crees que mi padre se
enfade mucho cuando le digamos?- Preguntó Julia bastante preocupada cuando
estábamos terminando de preparar el almuerzo.-
No le agradará mucho,
más que todo por ser yo a quien has escogido, pero no dejaré que te lastime.-
respondí sinceramente abrazándola por la espalda colocando mis manos alrededor
de su cintura.-
Yo no quiero que te
lastime a ti.- contestó girándose y mirándome con preocupación
No lo hará - le aseguré
- Haré lo que tenga que hacer para que entienda que te quiero bien - bajó mi
cabeza con sus manos hasta lograr besarme con suavidad.
Sus labios eran tan
exquisitos que de inmediato mi cuerpo respondió a su beso. No era el momento
oportuno, pero desde que nos habíamos levantado el deseo de hacerle el amor me
estaba consumiendo, así que sin pensarlo mucho más, profundicé el beso
haciéndolo más intenso y urgente.
En cuestión de segundos,
la llama de la pasión se encendió, la cargué y sentándola en el desayunador,
hice que me rodeara con sus piernas; besé y mordisqueé su cuello y sus hombros.
Besé sus senos, me deleité con esas dos pequeñas montañas blancas con pico
rosado claro. Besé uno de sus pezones erguidos exigiendo atención perdiéndome
en su textura y en cómo Julia se tensaba y gemía las veces que lo succionaba;
con esfuerzo, me separé de él para darle atención a su gemelo, pasando mis
labios por el contorno del seno acariciándolo y finalmente succionándolo
también. Bajé por su abdomen delineando el borde de su ombligo hasta llegar a
su hermosa entrepierna, estaba totalmente depilada a excepción de una pequeña
línea de vellos rubios que invitaba a perderse en ellos; besé sus muslos,
los acaricié grabando en mi mente cada pequeño detalle de ella.- “No me hagas
sufrir más cariño” dijo tomando suavemente mi cabeza y dirigiéndola al punto
exacto donde me quería sentir. Me dejé guiar, tomé su clítoris hinchado entre
mis labios y lo besé suavemente, luego mi lengua lo acarició reconociéndolo y
sintiendo su sabor. Mis manos tomaron sus piernas y mi boca tomó vida propia en
su entrepierna, saboreando todo su ser, pero no me bastaba, quería más de ella
así que tomé prisionero su clítoris en mis labios y lo acaricié con mi lengua
suavemente mientras un dedo entraba inseguro en ella. No quería lastimarla así
que me guié por sus gemidos y sus movimientos; introduje dos dedos dentro de
ella y pude sentir como cada vez más su vagina apretaba mis dedos. Su orgasmo
los tomó como prisioneros; no me moví dejando que sus músculos se relajaran
antes volver a iniciar el vaivén de mis dedos hasta que otra vez llegó conmigo
en su interior. La besé haciendo que se probará de mis labios. _ Te quiero
beba.- Murmuré en sus labios. Ella no respondió con palabras pues aún
jadeaba del orgasmo que había tenido, pero rodeó mi cuello con sus manos y me
abrazó fuerte hacia ella.
Comencé a notar un
fuerte olor a quemado - huele a que… -en ese momento recordé que mi necesidad
de Julia había interrumpido la preparación de la comida, así que dé un salto me
separé de ella para apagar las hornillas encendidas y comenzar a disipar con un
paño el humo concentrado en la cocina.- Julia no hizo más que reír a carcajadas
al tiempo que arreglaba su ropa y se bajaba del desayunador para
ayudarme.
¡No te rías que esto es
por ti! - le dije también riendo.
¿Por mí? - Fingió
inocencia - Pero si yo estaba cocinando muy tranquila y vino usted a
interrumpir mis labores - agregó sin dejar de sonreír.
Cierto - admitió
sonriendo también sin remordimientos. Trató de ver si podía rescatar algo de lo
que en momentos atrás, iba a ser una deliciosa pasta con vegetales y pollo.-
Creo que debemos cambiar el menú, no creo que esto se pueda salvar.- Dije
mostrándole con un tenedor unos hilos de pasta de color café totalmente pegados
y duros.- ¿Quieres pedir algo de comida china?
Me parece bien. Comida
china será - Cuando Carolina se disponía a ir hasta la sala para llamar,
Julia la tomó por un brazo y la hizo devolver - Yo también te quiero.- Le dijo
antes de darle un beso tierno en los labios.- Ahora ve, pide la comida porque
muero de hambre - Dijo mordiéndose el labio inferior.
¿Sí? - respondió una
Carolina hipnotizada con ese gesto.
Sí - sonrió pícaramente.
Ya ... - se le fue la
voz y tuvo que aclararla - Ya vuelvo.- Sacudió la cabeza ligeramente y salió de
la cocina.
Mientras tanto, Julia se
quedó con una gran sonrisa en sus labios recogiendo el desastre de la cocina.
Cariño ¿Qué harás hoy? –
Pregunté desde la puerta del baño.. Hace dos semanas Julia se había mudado a mi
cuarto, igual pasaba todas las noche en él, así que me pareció ilógico que aún
sus cosas permanecieran en el otro cuarto.-
Debo hacer unos trabajos
de la universidad, en realidad son unas investigaciones para mi tesis..
Seminario es la única materia que estoy viendo, hablaré con Manuela para irnos
a la playa y poder tomar muestras del suelo, lo necesito para poder medir el
impacto del hombre en este.- Respondió Julia saliendo con una diminuta toalla
del baño, su cabello rubio estaba mojado y su piel un poco sonrojada por el
calor del agua le daba una imagen bastante sexy.-
Su toalla accidentalmente
se cayó cuando me pasó por un lado “sorry, creo que debemos empezar a comprar
batas de baño”- comenté acercándome a ella. Mi uniforme quedó mojado por ella,
alzándola hice que me rodeara la cintura con sus piernas, la llevé cargada
hasta la cama y la coloqué con cuidado en ella. La necesidad me nubló la razón.
Ella me desvistió con una rapidez sorprendente y de repente, la urgencia había
tomado el control de nuestros cuerpos. Se colocó de rodilla sobre mi boca, era
claro lo que quería que hiciera así que sujetándola de sus glúteos, me perdí
entre los pliegues de su vagina saboreando cada centímetro de su piel,
sintiendo como vibraba al toque de mi lengua; sentía sus músculos tensarse
cuando sentí su cuerpo vibrar llegando al orgasmo. Abrí los ojos deleitándome
con la imagen de ella sobre mí, su mirada azul eléctrico turbulenta por la
pasión por todas las sensaciones que sentía en ese momento, su mano derecha
acariciaba su seno derecho y su mano izquierda sujetaba delicadamente mi
cabello pegándome más a ella. Cayó a un costado de la cama con la respiración
irregular.- la abracé rodeándola con mis brazos, besándola dulcemente.- “Debo
irme, ya voy tarde a una reunión” .- me arreglé rápidamente porque
efectivamente iba con mucho retraso.
Hola Manuela ¿Cómo estás?.-
Saludó Julia a su amiga.-
Bien amiga ¿y tú ?
aunque mejor ni pregunto, ya se nota en tu cara de enamorada, que estás bien.-
Respondió alegre la amiga.-
Payasa, pero sí, estoy
bien y muy feliz. Ven.- Dijo con una gran sonrisa en sus labios.-Vamos, tenemos
que pedir el permiso de investigación en la playa en dirección y luego irnos a
hacer la investigación.- Agregó Julia caminando.
Oye ya tienen varias
semanas ¿cuándo le dirán a tu padre?.- Preguntó seria Manuela.
Sé que debemos decirle,
pero no he conseguido el momento. Debe ser pronto, porque no quiero que se
entere por otro lado, aunque Carolina dice que sólo se puede enterar porque yo
le diga algo.- contestó preocupada.-
Pues deberían hacerlo
pronto, porque si las detalla al estar juntas de seguro se dará cuenta de lo
que sucede y por más que sea la mejor amiga de tu papá el hecho de que hasta
hace unos meses, ella era heterosexual y tú eres la niña de los ojos de tu papá,
no les jugará a favor.- Contestó Manuela en el mismo tono que su amiga. Ambas
sabían que su papá reaccionaría mal, por eso Julia había evitado comentarle
sobre su nueva relación, pero no podía vivir a escondidas y mucho menos con
Carolina.-
Hola Cariño ¿cómo va tu
día?- Preguntó Julia al contestar el teléfono.-
Bien, bastante
complicado, he tenido varias reuniones, una tras de otra. Tu padre me invitó a
cenar hoy, y, me dijo que quería hablar conmigo ¿le dijiste lo de nosotras?-
Pregunté seria.-
No, cariño. Hablamos
hace unos días pero nada del otro mundo. Preguntó lo de siempre y me invitó a
la casa el domingo próximo a comer pero la esquivé sutilmente la invitación.-
contestó Julia algo nerviosa.-
Tranquila beba, déjame
ver déjame ver qué quiere y cualquier cosa te llamo. Si desaparezco, sabrás que
se enteró y se encargó del asunto.- Respondí en broma haciendo referencia a la
ascendencia Italiana que tenía mi amigo y por ende, Julia.-
Me he separado de mi
esposa, hoy me he mudado de la casa.- dijo con pesar.
¿Qué pasó Carlos? ¿Es
tan grave como para irte de la casa?_ No podía creer que mi amigo luego de
veinticinco años de matrimonio se esté separando.
No puedo tolerarlo más,
el hecho que Julia sea lesbiana la ha trastocado, está hablando con el grupo de
su iglesia para un retiro espiritual donde le prometen que se curará, yo he
escuchado lo que sucede en ellos y no es bueno, se ha vuelto insostenible.
Después de hablarlo mucho he decidido irme de la casa, por lo menos así tendré
la esperanza de mantener un poco alejada a Julia de ella, al menos hasta que
entre en razón. Su voz se fue apagando hasta que llegó a un susurro. Me costó
mucho entender lo que decía, pero supe que su matrimonio sólo tenía dos
caminos; Olga aceptaba a su hija como era o Carlos terminaría divorciándose de
ella…
Sentí un inmenso orgullo
por él amor que le profesa a su hija, sentí un poco de envidia también, me
habría gustado que mi padre hubiese sido un poco como Carlos, estoy segura que
las cosas serían totalmente distintas a como son ahorita, pero entonces, no
estaría con Julia. Solo pensar en ella hizo que una sonrisa de pura felicidad
naciera sin control en mis labios.
¿Y tú por qué sonríes si
te estoy contando mi tragedia? Preguntó Carlos.
“Estaba recordando a una
persona” Contesté de forma esquiva sonriendo nuevamente por la imagen de Julia
que vino a mi cabeza.
Jum pues debe ser
bastante especial para tenerte sonriendo cuando te cuento mi drama._ contestó
él con indignación fingida.
Es muy especial, en poco
tiempo se ha hecho un lugar en mi vida al punto en que me cuesta imaginarla de
otra manera ahora. Fui cuidadosa de obviar el sexo de la persona a la que me
refería, a lo mejor estaba siendo paranoica pero sentía que cualquier
referencia a su sexo le indicaría que era su hija.
Me alegro por ti
Carolina, te mereces ser feliz y si este joven ha logrado eso en este tiempo,
debe ser un buen muchacho._ contestó feliz.
Puede ser una persona
mayor ¿cómo estás seguro que es menor que yo?- Pregunté fingiendo indignación
por decirme que solo me gustaban los menores.
Riendo con plenitud
“porque desde que te conozco querida amiga, has atacado las cunas masculinas de
la ciudad”.
Cuando llegué a la casa,
me sorprendí de conseguir a Julia sentada leyendo en la sala, noté que arrugaba
su cejo cuando vio que venía algo mareada por el licor, yo no estaba
acostumbrada a beber y el hecho que haya tomado casi dos botellas de vino con
su papá para mí significaba una inmensa ingesta de licor.
Hola bebe. sonreí al
verla_ ¿cómo te fue hoy? completé acercándome para besarla, necesitaba sentir
su cuerpo cerca del mío.
Bien amor, resulta que
no estoy tan atrasada como pensé en la tesis, solo me falta un poco mas de
investigación de campo y estaré lista en unos meses, ¿Dónde estabas con mi
padre que vienes bebida?
Sonreí al notar el tono
controlado de su pregunta y revisar internamente que no me molestaba del todo
que ella me preguntará, en casos anteriores, una sola pregunta de mis parejas
hacía que saliera por la puerta, en esta ocasión, quise explicarle todo
respetando la confidencialidad con mi amigo._ Me llevó al restaurante español y
nos pusimos a beber un vino mientras conversábamos y el vino me afectó más de
lo que debía. Tu papá bebió igual, pero como su sangre es mitad alcohol ni le
pegó. Quiso regresarme lo suficientemente “feliz” a casa como para que mañana
domingo lo pase en la cama._ contesté besándola descansando mis manos en sus
caderas pegándola más a mí.
mmm no me digas que mi
padre será ese tipo de amigo que toda novia odia porque es una mala influencia
para su pareja._ Comentó acariciando mi espalda entre mi camisa.
Se escucha bien eso de
ser tu novia, estoy más preocupada por que sea la clase de suegro celoso que no
le gusta ninguna pareja de su hija. Dije divertida, observando la respuesta
irreverente en su mirada. No perdí más tiempo y saqué su camisa por su cabeza,
disfrutando de la visión de sus senos, los acaricié con mi pulgar notando como
sus pezones se iban colocando cada vez más duros, besé su pezón derecho
chupándolo, deleitándome al sentir como me pegaba más a ella, nos acostamos en
el sofá dejándonos llevar por la necesidad de nuestros cuerpo por el cuerpo de
la otra, la desnudé colocándome entre sus piernas disfrutando de su sabor, mi
lengua jugando con su clítoris lamiéndola lentamente sintiendo la convulsión
que le ocasionaba cada vez que mi lengua pasaba lento y duro sobre él,
lentamente introduje un dedo dentro de ella deleitándome con lo estrecha que
es, “oh, sí bebé más rápido, así” gimió Julia. _ “vamos acaba para mi, amor”. Respondí
penetrándola en esta ocasión con tres dedos, disfrutando de las convulsiones
que sentía en mis dedos y notaba en todo su cuerpo, un cálido y delicioso
líquido se deslizó por mis dedos, los cuales me apresuré a tomar llevándola a
un nuevo orgasmo. Me quedé un rato apoyando mi cabeza en su vientre dándole
suaves besos en él, me quedé sorprendida cuando la idea de tener un hijo con
ella invadió mi cabeza, idea que me dejó congelada, sentí un frío bajar por mi
espalda, no podía presionar tanto, ella era apenas una niña, estaba empezando a
vivir y nosotras apenas unos meses de relación como para agregar la idea a la
relación.
Amor están tocando
¿puedes abrir? no me quiero mover. Dije tapándome la cabeza con la almohada el
dolor de cabeza sentía que eran miles de enanos martillando la cabeza. “Dios
prometo no beber más” comenté a Julia quien sonreía divertida.
Que poco aguante tienes
bebe._ comentó dándome un beso suave en los labios para ir a abrir la puerta.
“me gusta que no bebas” dijo saliendo del cuarto. Mi respuesta fue un intento
de gruñido.
Hola Papá._ Dijo una
sorprendida Julia al abrir la puerta y verlo ahí.-
Hola hija ¿cómo estás?
Vine a hablar contigo._ justificó su presencia el padre, arrugando un poco la
cara por la vestimenta de su hija, ¿Te desperté? preguntó pasando a la casa.
Sí, ayer me acosté un
poco tarde, pero me cambio y regreso ¿quieres café?_ Julia estaba visiblemente
nerviosa.
Tranquila hija yo me lo
preparo, Carolina siempre ha tenido el café en la segunda compuerta sobre la
cafetera. Cámbiate, trataré de no hacer ruido, seguro Carolina está
inconsciente, ayer la hice beber bastante. _ comentó divertido al recordar la
noche anterior. No es por ser chismoso pero ayer me comentó que está bastante
ilusionada con un joven ¿lo ha traído a la casa?_ preguntó curioso.
Julia se sonrojó y con
voz nerviosa “no, no eh mejor me cambio” evitó responder directamente.
Bebé, mi papá está aquí_
dijo Julia levantando a Carolina con cuidado dándole un beso suave en los
labios.
mmm Dios como pudo
levantarse tan temprano, tu papá está loco._ Respondió de mal humor enrollándose
más en la cama.
Dime entonces padre ¿qué
te trae por aquí tan temprano? preguntó Julia cuando regresó al encuentro con
su padre.
¿Hija no puedo solo
visitarte? respondió el padre sirviéndole un café a su hija.
Está bien padre, solo
que si ayer técnicamente embriagaste a Carolina y estuvieron los dos en un
restaurante hasta bien entrada la noche, me imaginé que algo estaba pasando,
pero sabes que siempre me gusta verte. Respondió en tono conciliador.
Padre e hija se quedaron
en la cocina hablando de todo y nada, cuando Julia tomó el teléfono de la casa
para pedir un desayuno tardío a un restaurante cercano, “si por favor tres
desayunos, dame los dos de siempre y un desayuno americano, y un jugo natural
de dos litros de naranja recién exprimida” el padre de Julia la miraba
intrigado, en su interior seguía creciendo el sentimiento que se estaba
perdiendo algo importante y que no lo estaba viendo.
Carolina apareció en la reunión
justo en el momento que estaban recibiendo la comida, “hola Carlos es que no
tienes piedad”. Saludo dándole un abrazo a su amigo.
Riendo, su amigo le
contestó “no sabía que la edad te estaba pegando tanto, ¿Cuándo te convertiste
en una vieja aburrida?”. La respuesta de Carolina fue un gruñido, faltaban
exactamente siete días para su cumpleaños y al ver disimuladamente a Julia
recordó que era algo de lo que no habían hablado, pasando a su lado le tocó el
hombro y se sentó a su lado a tratar de comer algo, se dio cuenta que en su
plato había dos pastillas para el dolor de cabeza y se las tomó con un trago de
jugo de naranja, “gracias be..” se detuvo justo a tiempo “gracias Julia”
Carlos arrugó la cara pero lo atribuyó a las secuelas de la salida de la noche
anterior.
Julia, saldré un momento
a hacer unas diligencias, gracias por el desayuno._ Dijo Carolina cuando
terminó de comer. El desayuno se había vuelto tenso y sin conversación aunque
el malestar de Carolina por el vino, igual le habría impedido participar mucho
en ella, de haber existido tema alguno.
Julia no comentó nada,
aunque hizo la anotación de preguntar qué era eso tan urgente que había tenido
que hacer un sábado en la tarde temprano, no le gustaba lo insegura que se
sentía respecto a Carolina, pero el hecho de que durante veinte años estuviera
acostumbrada a estar con varias personas a la vez, la hacía dudar de su
fidelidad, era un punto que ella consideraba indispensable para cualquier
relación, eso y que no podía soportar la idea de que alguien más tocará el
cuerpo de Carolina, la quería solo para ella, idea que la tomó por sorpresa,
aún se estaban conociendo y estaban en los meses iníciales de la relación donde
todo es maravillosamente nuevo. “hija estoy hablando contigo, te pregunté si
Carolina te ha dicho ¿qué va a hacer para su cumpleaños? Julia se había perdido
en sus pensamientos luchando contra el miedo ocasionado por sus inseguridades
que le había sobrevenido a la salida apresurada de Carolina de la casa.
No papá no me hemos
hablado de qué hacer en su cumpleaños, pero le preguntaré. Me imagino que no
hará mucho. Comentó algo distraída
Bueno hija en fin, vine
porque quería decirte en persona que me estoy separando de tu mamá, ayer me
mude a un apartamento nuevo y me gustaría que te mudaras conmigo, más ahora que
Carolina está empezando con un joven. Comentó emocionado por la nueva felicidad
de su amiga y nervioso por la reacción de Julia.
Padre yo... yo no sé qué
decir, déjame pensar no puedo con todo esto. Julia no sabía qué hacer entre el
divorcio de sus padres y el hecho de que probablemente tendría que mudarse de
la casa de Carolina, aunque eso era lo último que ella deseaba. No podía
imaginarse viviendo sin Carolina, sin compartir como lo hacían hasta el
momento, pero también sabía que apenas estaba comenzando con Carolina, cuatro
meses es poco tiempo y Carolina no estaba acostumbrada a la monogamia, se
terminaría cansando ¿Qué diría su papá cuando se enterara de lo que pasaba?.
Hija estoy hablando
contigo, hoy estas mas distraída que de costumbre ¿Segura que estás bien?_
Preguntó Carlos preocupado.
Estoy bien, solo
pensando _ respondió distraída.
Hija no quiero que mi
separación con tu madre nos afecte, sabes que te quiero, eres mi hija._ Comentó
preocupado Carlos pensando que su hija estaría tomando partido con su mamá.
Papá no te preocupes, yo
también te quiero. El tono de voz seco de Julia dejó sorprendido a Carlos,
quien decidió irse para hacer las diligencias que tenía que hacer. En la semana
trataría de hablar nuevamente con Julia para que viviera con él y le diera un
espacio a Carolina.
Cuando Carolina regresó
unas horas más tarde con bolsas de mercado, ya que había aprovechado el tiempo
para hacer varias diligencias, se sorprendió de conseguir a Julia sentada en la
sala observando la nada. ¿Qué pasa? Preguntó Carolina acercándose a su novia.
Mi papá se está
divorciando de mi madre y quiere que me vaya a vivir con él. Respondió Julia
sin ver a Carolina.
¿Qué sientes tú con el
divorcio? ¿te quieres ir a vivir con tu padre?. Pregunté tratando de sonar
segura para que ella no notara que la simple idea de que ella se fuera, me
llenaba de dolor y el estómago se convertía en cemento.
No respondió de
inmediato a los segundos se volteó a mi “¿Es lo que quieres, que me vaya con mi
padre?” -
Bebé no es lo que
quiero, pero seré sincera, soy veinte años mayor que tú, a parte, no soy muy
divertida, no tengo muchas cosas en común con gente de tu edad así que no es
loco pensar que puedes terminar por aburrirte. Solo quiero darte espacio para
que tu elijas.- Dije besándola lentamente, no quería tener una discusión, pero
tampoco era justo vivir paralelas a la realidad.
No digas eso que no es
cierto, no eres aburrida y tal vez no tengas nada en común con mis amigas, pero
es bueno porque yo no salgo con ninguno de ellos.- Respondió Julia divertida
por la cara de Carolina de que no entendía nada.
Te amo.- Respondí
besándola de nuevo, la agarre por su cintura y le indiqué que se sentara en mis
piernas. Cuando lo hizo, sentí como el calor nos envolvía y la pasión era la
fuerza que nos dominaba sin control alguno, le quité la camisa por su cabeza
besando sus senos recorriendo su pezón erecto, deleitándome por un tiempo
con él. Besé su abdomen y le indiqué que se elevará un poco quedando su sexo
caliente y húmedo a la altura de mi boca, ella se apoyó con sus manos del
espaldar del sofá haciéndola tomar una posición inclinada. Recorrí sus labios
húmedos con mi lengua, luego tomé prisionero su clítoris con mis labios para
soltarlo y recorrerlo lentamente con mi lengua. Entré en ella saboreando su
sabor dulce, un dedo se dirigió a su ano dándole masajes suaves solo
acariciándolo, sentí como de su intimidad emanaba aún más fluidos, sus gemidos
se hicieron más seguidos y más erráticos, cuando introduje mi dedo en su ano y
mi lengua en su vagina ella se vino en mi boca, sentí como los espasmos
musculares tomaron el control de sus piernas y terminó deslizándose sin fuerza
por mi cuerpo hasta quedar de nuevo sentada sobre mis piernas y su cara
escondida en mi cuello, tenía ganas de sentirla pero saber que estaba ahí y que
la amaba, hicieron que mis ganas pasarán a un segundo lugar, la ayudé a llegar
hasta nuestra habitación, eso suena tan bien “nuestra habitación”. Pensé
justo llegando a la cama.
Oh por dios ¿Quién en su
sano juicio toca la puerta a esta hora?_ Dije de mal humor, había tenido mala
noche y mi sueño había sido inconstante. “yo voy amor, no te pares, sigue
durmiendo”_ dijo Julia parándose de la cama, se puso la bata de seda de
Carolina color vino tinto, aunque le quedaba algo grande ya que Carolina media
por lo menos veinte centímetros más que ella.
¿Hola amiga cómo estás?_
Saludó Julia tratando de activar su cerebro. Manuela estaba en el otro lado de
la puerta, Julia no sabía exactamente por qué su amiga se encontraba en la
puerta de su casa, pero no dijo nada, esperaría que su amiga le indicará el motivo,
así no pasaría por descortés.
¿Julia no estás lista?
habíamos quedado en ir a la playa a recoger las muestras que necesitamos. ¿Qué
estabas haciendo que se te olvidó?- Preguntó divertida Manuela, pues era obvio
que habían ocupado el tiempo de su amiga, aunque estaba muy feliz por Julia.
Pasa, me iré a
cambiar.-Respondió sonrojada Julia, indicándole a Manuela que se sentará.
¡Hola! - Saludé
sorprendida, me había despertado y no iba a poder dormir, salí a la sala con un
intento de pijama, consistía en unos pantaloncillos cortos de hacer ejercicio y
una franela sin mangas ajustada a mi cuerpo.
Julia volteó a
verme con cara de pena, regresando su atención inmediatamente a su amiga
quien estaba detallando cada parte de mi cuerpo, bajo su escrutinio, solo fui
capaz de ponerme roja y regresar al cuarto por algo más de ropa. Cuando regresé
escuché un fragmento de su conversación sin querer “amiga dios, yo soy hetero
pero por una mujer así pensaría en cruzar la acera, por lo menos por un tiempo”
comentó divertida Manuela. Irónicamente volví a ponerme roja, levantándole una
ceja a Julia que no pudo controlarse y riéndose, le indicó a su amiga con la
mano que yo estaba detrás de ella.
Me quedé conversando con
Manuela y mi novia, entendí que tenía que formar parte de su círculo social por
lo menos por instantes, para que ella pudiera sentir cierta seguridad de mí,
para mi sorpresa fue agradable, una conversación ligera y divertida contando
las historias divertida de la vida de Julia, quedamos en salir en otra oportunidad
cuando Julia lo considerará pertinente.-
Amor recuerda que hoy
tienes que venir temprano, es tu cumpleaños y he invitado a algunas personas a
cenar._ Dijo Julia desde la puerta del baño.
Bebé lo sé, trataré de
estar aquí alrededor de las siete. Sabes que hemos tenido un caos en la
oficina, pero haré todo lo posible por estar aquí antes de las siete.- respondí
dándole un beso juguetón en los labios, ya me había dado mi primer regalo de
cumpleaños, algo que me tomó por sorpresa. Sentirla en la mitad de la noche
recorriendo mi sexo con su lengua, pero fue delicioso.
¿Vendrán tu mamá y tu
papá?- Pregunté aun abrazada a ella acariciando sus glúteos. “si, ambos dijeron
que vendrían y prometieron que se comportarían mientras estén aquí”_ contestó
besando la base de mis senos. “mmm delicioso, pero mejor salgo a la oficina
pronto o no podré salir a tiempo”_ dije divertida por su cara.
“promete que regresarás
rápido. Estoy nerviosa, no sé cómo lo vaya a tomar”_ comentó al borde de las
lágrimas.
No te preocupes, no
dejaré que te pase nada. _ le respondí con confianza.
Hola llegaste! pensé que
no te dejarían salir temprano._ Me dijo cuando vio que llegué, se notaba al
borde de una crisis nerviosa.
Te dije que estaría aquí
temprano, ¿Qué sucede?_ pregunté nerviosa también.
Mi papá no ha dejado de
beber y mi madre no para de hablar que mi estilo de vida es un pecado, que
debería estar con un hombre para poder quitarme estas ideas ridículas de la
mente._ Explotó al borde del llanto.
Bueno cenaremos,
cantamos cumpleaños y los dejamos ir, le diremos a tu papá en otra oportunidad,
no creo que bebido sea la mejor manera de decirle. _No quería comentar nada de
la ira explosiva que a veces tomaba el control de su padre, muchas veces tuve
que intervenir para que Olga no sufriera las consecuencias, aunque una vez que
nació Julia se controló, y eso me calmaba un poco.
Hola Carlos ¿cómo estás?
_ Saludé quitándole la copa de whiskey y dándole un vaso de agua, iba a
discutir, pero inmediatamente señalé a Julia, sabía que era su punto débil, no
haría un escándalo frente a ella. La culpa se apoderó de mí, estaba
traicionando la confianza de mi mejor amigo. Servimos la cena, tratando de
mantener a Olga alejada de Carlos.
¿Olga cómo has estado?
tenía tiempo sin verte_ comenté tratando de hacer conversación y el ambiente
tenso que se había instaurado en la mesa se hiciera más tolerable.
No seas cínica Carolina,
tu sabes bien lo que me hizo Carlos, no puedo creer que apoyes ese tipo de
comportamiento_ Soltó ella, llevándose con esa frase todo el posible ambiente
calmado que habíamos logrado tener.
Olga no digas cosas que
no sabes, nunca he intentado meterme en su relación y tu sabes que nunca he
apoyado a Carlos en algo que no deba, siempre he tratado de dejar que ustedes
resuelvan sus diferencias, pero no podía dejar que te llevaras a Julia a uno de
esos locos retiros donde exponen a las personas a cualquier tipo de abuso bajo
la excusa de que “Dios los curará” Julia no está enferma, debes entenderlo._
Respondí algo molesta.
No puedo creerlo, apoyas
esa conducta desviada de Julia._ Gritó ella parándose de la mesa.
No tengo que aprobarla o
desaprobarla, porque es algo totalmente normal, es su sexualidad, es su vida
privada y nadie tiene derecho a meterse en ella, entiéndelo_ Grité parándome de
la mesa también.
No podía esperar menos
de ti, me sorprende que Carlos no se haya venido a vivir contigo, “siempre
tuvieron ese vínculo extraño que los unía”¿Dime te da placer ser la amante?”-
Dijo con dolor.
Estás loca Olga, no
puedo creer que te estoy escuchando decir esas cosas. Respondí sorprendida por
su insinuación.
Carlos había vuelto
agarrar la botella, esta vez era vino, yo solo podía observar como toda la
reunión se estaba saliendo de control, “será mejor que todos nos acostemos, han
bebido de más y están diciendo cosas sin sentido”_ dije levantando mi plato de
la mesa. Julia seguía jugando con su comida en la mesa, Olga estaba molesta
decidiendo si irse o quedarse a soltar más veneno, Carlos con su actitud
distante como si no estuviera ahí, actitud que muchas veces me molestaba, pues
cuando tenía que tomar el control e imponerse, defender en lo que él creía,
simplemente no lo hacía.
Olga terminó por decidir
quedarse a dormir estaba bastante bebida y sin permitir que nadie la llevara a
casa término aceptando quedarse, pero antes de irse a la habitación de Julia,
terminó de soltar todo su veneno “espero que lo disfrutes ahora que está
soltero” dijo saliendo de la sala. Observé como Julia levantaba la cara
observándome con dudas. Genial, ahora mi novia piensa que yo estuve involucrada
con su padre, pensé mientras ayudaba a Carlos a llevar a Olga al cuarto de su
hija.
Carlos ella sigue con su
loca idea que tenemos algo no sé cómo lo soportaste todos estos años, en
verdad.-Dije abrazando a Carlos al cerrar la puerta del cuarto.
A veces por amor hacemos
cosas sorprendentes.- contestó con pesar. El se fue al otro cuarto y yo fui a
la sala, la discusión me parecía sin sentido y bastante tonta. “tu mamá ya se
durmió, menos mal” comenté cansada sentándome en la sala, haciéndole señas a
Julia que se sentará en mis piernas.
Sabes que te amo ¿no?-
Dije en una explosión de franqueza. “Lo sé bebé y yo te amo a ti” - Respondió
ella dándome un beso suave en los labios, le correspondí el beso acariciando su
espalda con mis manos, pero por primera vez no era con una necesidad de sexo,
sino más bien una necesidad de protección.
¿Sigues creyendo que lo
mejor es decirle mañana?- Pregunté dudosa por el evento recién ocurrido.
Es lo mejor, no quiero
mentirles, tú no quieres que mi papá se entere ¿por qué?- Preguntó ella con
tono molesto.
No es eso, creo que lo
mejor es decirles y por Carlos no me preocupo mucho, se que se molestará porque
eres su hija, pero somos amigos desde antes que tu naciera, Dios puedo ser tu
madre.- Comenté con cierto tono de regaño en mi voz.
Ya hemos hablado de eso
Carolina, no me importa la edad, te amo y como dices, en el corazón no se
manda, quiero construir mi vida a tu lado.- Declaró Julia con franqueza.
Oh bebé yo también lo
quiero, sabes que últimamente he pensado en una idea loca.- comenté
sonrojándome.
¿Sí? ¿Y qué idea loca se
te ocurrió?- Preguntó emocionada Julia.
Que podríamos casarnos y
tener un hijo.- Dije asustada, aunque ella sabía lo que había pasado, nunca
habíamos hablado de tener hijos. “Si no quieres no tienes que aceptar, no
quiero presionarte”. completé cuando vi que se puso tensa.
No me estoy negando,
solo me tomó por sorpresa ¿Por qué te da tanto miedo decirme lo que tú
quieres?- Preguntó ella sujetando delicadamente mi cara entre sus manos. “no
quiero presionarte y que termines yéndote de mi lado”. Admití insegura.
No lo haré Carolina,
debes entenderlo, si quiero tener un hijo contigo pero mejor que sean dos, así
no estará solito. Pero primero debemos casarnos, no quiero ser madre soltera.-
Respondió ella en tono ligero mientras me daba un beso que significaba una
nueva etapa para nuestra relación.
Julia sabes que durante
mucho tiempo nunca me había dado la oportunidad de estar en una relación con
nadie, pero debo confesarte que desde que te vi ese día en mi oficina sabía que
cambiarías mi vida. No pensé que significarías para mí una nueva oportunidad
para amar sinceramente y ser feliz._ Tomé la cadena que llevaba en mi
cuello y se la coloqué con delicadeza.
Te amo._ Respondió ella
entendiendo el significado de lo que acaba de hacer.
Nos quedamos un ratos en
silencio disfrutando del momento de tranquilidad, internalizando que le había
propuesto muy a mi estilo, matrimonio. Estábamos en una nueva etapa y la idea
de finalmente tener una familia y que ella formara parte fundamental de ésta,
me llenaba de felicidad pura.
No sé en qué momento nos
quedamos dormidas, ella sobre mi acurrucada y yo protegiéndola con mis brazos,
sentí el ruido de una puerta e inmediatamente me pare notando mi cuerpo
adolorido por la posición incómoda en la que dormí.
Buenos días_ Saludé aun
desorientada a Carlos, gracias a dios había escuchado la puerta y me levanté,
aunque Julia y yo dábamos la apariencia de no haber dormido nada, eso era mejor
que tener dibujado en la frente que había pasado la noche acariciando a la hija
de mi mejor amigo.
Buenos días Caro, ¿como
estas? _ Respondió él siguiendo el camino a la cocina, tenemos la suficiente
confianza como para andar por la casa del otro como si fuera nuestra, él sabe
que para poder conseguir más de dos palabras de mí debe darme café. “Siento
mucho lo de Olga, sabes que siempre ha tenido esa idea”_ Comentó apenado por el
comportamiento de su ex esposa.
No te preocupes, eso lo
sé. Me preocupa un poco Julia no quiero que piense que yo tuve nada que ver en
su divorcio- Me dije a mi misma que Julia confiaba en mí y no creería las
acusaciones de su madre.
Me dirigí al pequeño
balcón para tomarme el café en compañía de Carlos, las matas siempre nos habían
producido un ambiente relajante, ¿Qué crees que vaya a hacer Olga? no aceptará
fácilmente que Julia es gay.
No lo sé, solo quiero
que la deje ser feliz_ Respondió Carlos con un tono triste.
Lo hará, dale tiempo,
eres un excelente padre Carlos a veces me gustaría que mi padre se hubiese
parecido a ti por lo menos un poco _ Comenté con pesar, no hablo de mi padre y
frente a Carlos lo hecho en contadas ocasiones.
Siento su muerte, siento
que no hayas podido recibir una disculpa o una explicación de él _ Contestó
Carlos abrazándome, un abrazo lleno de cariño fraternal y de apoyo.
Vaya y yo que pensé que
me tendrían un poco más de respeto _ Reclamó Olga con voz venenosa.
No es lo que piensas
Olga, Carlos estaba solo consolándome por la muerte de mi padre._ Dije tratando
de aclarar el momento que ella estaba tergiversando.
Si me imagino cómo te
consoló, yo sé cómo te consuela. ¿Crees que no me di cuenta de todas las veces
que él se iba contigo y regresaba en la madrugada oliendo a tu perfume?._ Su
tono calmado pero venenoso me estaba alterando.
¡Pues nunca he estado
con él! Lo conozco desde la preparatoria y eres una idiota si piensas que tu
marido te ha engañado durante 20 años y aún seguías con él, no te valoras como
mujer y en eso no podemos hacer nada ni Carlos y ni yo._ Respondí.
Olga no digas cosas que
no sabes, no compliques las cosas, te lo he dicho mil veces durante todo el
matrimonio, Carolina y yo somos amigos nada más, ¿Por qué te empeñas en ver
cosas que no son?._ El tono calmado y conciliador de Carlos hizo que ella
pensara mejor la situación, pero su veneno ya estaba ahí, pude ver a Julia
atrás de su madre con la espalda erguida y tensa. No sabía cuánto había visto u
oído y no quería que tuviera dudas, siendo justas, ella también debió ser
consciente de que su padre salía conmigo hasta bien entrada la noche.
Olga yo estoy enamorada
de alguien y quiero esa persona con todo mi ser, hemos pensando en formalizar
nuestra relación y finalmente tener mi familia a su lado._ comenté en voz baja
sujetando el brazo de Carlos buscando apoyo.
No me imagino que clase
de hombre podría estar con una mujer como tú, has estado con todos los hombres
de la naval y ni contar a los que conocías en las discotecas, que clase de
ejemplo darás._ el ataque de Olga no se detenía aunque sabía que lo hacía para
herirme y no debía hacerle caso, estaba empezando a creer que era verdad.
¡Ya basta mamá! Desde
que llegaste no has dejado de atacar a Carolina y no te lo permitiré más, ella
no tiene la culpa de lo que sucedió en tu matrimonio, la tienes tú, por tu idea
de que yo vivo en pecado y que tu eres la salvadora del mundo y no es así, Carolina
es una mujer con la cual cualquier persona estaría orgullosa de estar._ Dijo
Julia acercándose a mi entrelazando los dedos conmigo, por un momento pensé que
mis piernas no me sostendrían más.
No te atrevas a
atacarlas Olga, he tenido mucha paciencia pero ya basta, deja ser feliz a tu
hija, no ha hecho nada malo. Basta._ Dijo Carlos con voz firme agarrando a Olga
por un brazo y llevándola a su cuarto.
Gracias, pero no tenías
que exponerte así, al final podía soportarlo._ Agradecí besando su frente.
Te amo, no podía seguir
escuchando como te atacaba por cosas que solo están en su cabeza._ Respondió
dándome un beso suave en los labios. “mi padre no parecía sorprendido para
nada” comentó acurrucándose más en mis brazos.
No, no lo parecía.
Hablaré con él, explicarle lo que sucedió._ Respondí sería.
Carlos se fue con Olga,
ninguno de los dos se despidió, algo que nos pareció extraño pero con el
disgusto de la mañana, preferimos acostarnos antes de que otra cosa volviera a
tensar nuestras vidas.
¿En verdad quieres
hacerlo? ¿Quieres casarte conmigo?_ Pregunté dudosa cuando ella salía del baño.
Sí, sí quiero y quiero
tener uno o dos niños, preferiblemente gemelos para que sea un solo dolor._
Respondió acercándose a mí y dándome un beso suave en los labios.
Por dios santo es que
nadie puede venir a hora decente a visitar._ dije gruñonamente parándome de la
cama.
Bebé no seas así anda,
yo me iré vistiendo. _ Respondió Julia dándome un beso rico en los labios.
Hola Carlos ¿Qué haces
aquí?_ Pregunté nerviosa.
Necesitaba hablar
contigo antes de que te fueras a trabajar._ Su tono serio me hizo sentir que
era una niña de preescolar a la cual la habían mandado a dirección.
¿Desde cuándo estás
saliendo con mi hija? ¿es cierto que piensas formar tu familia con ella?_
Preguntó serio sentándose en el sofá.
Sí. Desde hace un año.
Pensamos en decirte pero siempre había algo que lo impedía. La amo y quiero
formar mi familia con ella. Quiero que sepas que no le haré daño, con ella es
distinto, con ella quiero pasar mi vida._ Dije sinceramente, para mí era
importante que él entendiera y me comprendiera.
Lo sé, lo vi en tus ojos
el día de la cena cuando me hablaste del joven, siempre dije que alguien te
haría sentar cabeza, solo que nunca pensé que fuera mi hija. Después de lo que
te hizo tu padre, yo solo quería que te dieras la oportunidad, para mí es
difícil, ella es mi hija y tu mi mejor amiga, mi hermana._ Comentó pensativo.
“promete que la harás feliz” Completo con la mirada puesta al vacío.
Lo haré. La haré
feliz.-Dije con un nudo en la garganta.
No quiero que esto
afecte nuestra amistad, se que has pasado muchas cosas, siempre sospeché los
maltratos de tu padre hacia a ti, pero te fallé cuando no pude cuidarte. Luego
cuando fui al hospital y supe lo que había pasado, verla ahí cuidándote supe
que por eso es que nunca me presentaste a tu “novio”, no tenías que ocultarme
eso, eres mi mejor amiga, te quiero como una hermana pero respeté que no
estabas lista para incluirme en esa parte de tu vida y que eso no tenía que
significar que no confiabas en mí, solo que era algo que no querías compartir.
Cuando ella finalmente se fue vi como cambiaste, como tu mirada simplemente
cambió, te volviste cerrada y pasabas de un hombre a otro como si su función
era solo complacerte. Tardé un tiempo en entender que simplemente no estabas
lista para recuperar lo que habías perdido; no lo negaré, me molestó un poco
saber lo que pasaba con mi hija. Es mi hija, mi niña y tu le duplicas la edad,
luego sin querer escuché una conversación que ustedes tenían y comprendí
entonces que mi hija no es una niña, aun y cuando la vea siempre de cinco años
que necesita mis cuidados y de mi protección; por otro lado, tú la quieres y es
una decisión de ustedes._ Carlos se había confesado con Carolina, le estaba
brindando su apoyo y demostrando que a lo largos de los años había podido leer
los silencios de Carolina. “Te mereces ser feliz Carolina, después de todos estos
años te lo mereces, me alegro por ustedes”._ Carlos me abrazó y se fue. Yo me
quedé pensando en todo lo que había dicho Carlos, pero agradecida en que
aceptara nuestra relación.
Epílogo
Hola papá ¿como estas?.
Lo abrace sonriendo de que finalmente estuviera solucionado el divorcio con mi
madre.
Bien hija, hoy por fin
hemos firmado los papeles no puedo creer que haya tardado tres años en poder
divorciarme de ella, gracias a Dios hoy acepto.
Hace unos años cuando
mis padres descubrieron que yo estaba teniendo una relación con Carolina no
reaccionaron bien, sobre todo mi mamá que nunca pudo superar su idea de
que mi padre tenía una relación con Carolina, ahí las cosas se pusieron feas mi
mamá introdujo la solicitud de divorcio alegando engaños y maltrato físico -
psicológico por parte de mi papá, iba todos los días a nuestro apartamento a
rezar por nuestra salvación; finalmente Carolina pidió una orden de restricción
donde le impedían que se acerca a nosotras sin embargo, esto no ayudó mucho
unos meses más tarde ya para navidad ella se presentó en la casa para la
mala suerte de todos mi papá también estaba con nosotras.
¿Qué haces aquí Olga?-
preguntó mi padre evidentemente molesto.
Vengo a ver a mi hija no
permitiré que la dejes perderse en este mundo de perversión, yo la salvaré así
sea lo último que haga… Salió de la casa indignada, dejando detrás de ella un
ambiente lleno de incertidumbre, la confusión reinaba en la mente de todos.
Bebé no te preocupes
pondré a unos cadetes a cuidar la zona por lo menos hasta que resolvamos con el
juez internarla, no dejaré que se acerque a tí.- sentí los brazos de Carolina
rodearme apretando mi cuerpo contra el suyo, por un momento el miedo por las
declaraciones de mi madre pasaron a un segundo lugar.
No se porque simplemente
no puede dejarnos ser feliz, porque se empeña en hacernos daños.- mi voz se
quebró finalmente la velada había acabado.
Carlos ¿Qué vamos
hacer?. pregunto Carolina sentándose en la sala nuevamente, había acompañado a
Julia a la habitación todo el evento la había puesto muy nerviosa.
Hablaré mañana con el
juez pediré una audiencia con él explicare el caso, así, el podrá ordenar que
un centro de ayuda psiquiátrico la acepte aun en contra de su voluntad hasta
que se determine que sucede, no puedo creer que haya todo terminado en esto…
Carlos afligido se fue sin escuchar a su amiga que se negaba a que se fuera.
Cinco días más tarde
finalmente el juez emitió la sentencia con el exhorto al hospital psiquiátrico
de Caracas para que atendieran de forma obligatoria a la Señora Olga, emitiendo
igualmente la sentencia de divorcio de Carlos quien, a puertas cerradas había
narrados todos los hechos violentos y brotes psicóticos que había tenido Olga a
lo largo de su matrimonio nunca intentó hacer algo primero para proteger a
Julia y segundo siempre pensó que era consecuencia de la personalidad de Olga.-
Papá quiero hablar
contigo. Dijo Julia entrando a la oficina de su papá.
Claro hija pasa,
¿Carolina no viene contigo?. El tono en su voz era de incredulidad, estaba
acostumbrado a ver a las dos mujeres juntas, algo que le gustaba porque se
notaba a simple vista el amor que se tenían entre ellas.
Quiero empezar dándote
las gracias por todo el apoyo que me diste cuando mi mamá se negó a aceptarme,
no creo haber podido soportarlo sin tu apoyo constante, gracias por aceptar mi
relación con Carolina se que en su momento debió ser difícil por ser tu amiga y
la diferencia de edad pero gracias.-
No sigas hija yo solo
quiero tu felicidad lo sabes, es lo único que me importa solo quiero verte
feliz.- Su padre luchando por controlar la emoción se paró a abrazar a su hija,
el abrazo duró unos segundos antes que ambos decidieron que ya habían
solucionado el tema a su manera.
Hola bebe ¿Cómo te fue
con tu padre?- Pregunto Carolina entrando a la habitación donde estaba acostada
Julia con los pies en alto sobre unas almohadas.
Bien amor, estaba
extrañado porque no me acompañaste, lo invite a comer el sábado a la casa ¿Te
parece bien?- Preguntó Julia algo insegura.
Claro amor, aunque
pediremos comida a un restaurante no quiero que cocines, recuerda que el doctor
dijo que debías tener reposo por unas semanas para evitar complicaciones.-
Respondí dándole un beso suave en los labios y luego acariciando su barriga
donde estaban nuestros gemelos de cuatro meses de edad. me sentí feliz y plena
por fin podía tener una familia como la que había desea y tenía una nueva
oportunidad de amar y ser feliz.
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Me gusto mucho tu historia, todo mereces una nueva oportunad de amar y ser amados, no importa la edad o lo que la sociedad piense, mientras no le hagamos daño a nadie, que viva el amor <3
ResponderEliminarGracias Poesía Nocturna, me alegra que te haya gustado.
EliminarSaludos
Que hermosa historia.
ResponderEliminarFelicidades a la autora Saludos
Gracias Poesía Nocturna, me alegra que te haya gustado.
ResponderEliminarSaludos.
La edad es un numero...Y tener una nueva oportunidad de amar debe ser grandioso.
ResponderEliminarCarol Virginia,nos ha gustado mucho tu historia quedaremos expectantes por mas...
Gracias anónimo, me alegro que te gustara. Estoy trabajando en otra historia espero poder compartirla con ustedes pronto.
EliminarSaludos.
Simplemente lindo! Gracias por compartirlo!!!^_^.
ResponderEliminarVaya me recordó alguien por la diferencia de edad ojalá las cosas funcionarán así, hermosa historia.
ResponderEliminarIsabel Nic
Sospecho que esa historia no tuvo un final feliz. Pero si ojala la vida fuera como una novela, donde el amor triunfa sobre todo.
EliminarSaludos gracias por comentar
Siempre hay una oportunidad para amar... me gusto la historia.... Y la edad no importa, amor es amor
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