El
plan resultó… Estévez corrió al departamento de Sara. Golpeó la puerta y cuando
esta abrió… no dijo una palabra, sólo se abalanzó sobre ella y la besó.
Apenas
los labios de él tocaron lo suyos, ella no pudo resistirse y respondió a su
beso apasionado… Cuando se separaron…
-Soy
el más grande de los tontos… - Bajó su mirada – Pero tengo miedo de amar y
perder.
-Sí,
eres un tonto, pero te quiero – Y lo acercó a ella para abrazarlo.
Volvieron
a besarse… después habría tiempo de hablar con palabras, ahora era el momento
de que sus corazones se expresaran con el idioma del amor… se besaron, y poco a
poco, entre besos y caricias… la pasión se apoderó de ellos… Y terminaron en la
cama de Sara amándose toda la noche.
…Al
siguiente día en el trabajo… Estévez entró a la sala de reunión sonriendo. Se
acercó a Stone y la palmeó en la espalda a la vez que le habló al oído. Desde
lejos Laura observaba, no podía escuchar nada, pero Stone sonreía mientras
escuchaba. De pronto dirigió sus ojos hacia la puerta de entrada. Y Laura
siguió su mirada… Sara estaba parada allí mirando a su alrededor… Les sonrió a
los dos y dio una segunda mirada al lugar y al ver a Romano caminó hacia ella.
Se sentó en la silla a su derecha.
-¡Hola!
-¡Hola!
¿Todo bien? – La saludó Laura poniendo su mano sobre la rodilla de Sara.
-Creo
que más que bien – Con una sonrisa le mostró que el plan había resultado. No
pudo preguntar nada más, porque en ese instante entró el jefe; el bullicio se hizo
silencio. El Capitán dio las órdenes del día. Y cada uno corrió a lo suyo. Se
pasaron el día trabajando y casi ni se vieron, de vez en cuando se chocaban en
los pasillos de la Central. Pero estaban tan atareadas que no tenían tiempo de
sentarse a charlar de lo sucedido.
Para
sorpresa de Laura, ese día al terminar su turno no fue Sara quien la buscó para
irse a casa juntas. Sino que fue Stone, quien se acercó a su escritorio.
-¿Ya
te vas? – Le preguntó. Laura ya estaba acomodando papeles para marcharse.
-Sí,
ya termino.
-Okis…
¿Nos vamos juntas?
-Perdón,
¿Necesitas un aventón? – Preguntó sonriéndole.
-Ejem…
Pues no, vine en mi coche…
-Mejor,
porque yo vine en taxi… esta mañana no quiso funcionar mi auto. Debo llevarlo
al mecánico – Contestó Laura
-¡Te
espero!
La
espero charlando con unos compañeros. Y cuando Laura estuvo lista se acercó.
-Ya
estoy lista, ¿Nos vamos?
-Vámonos
– Dijo y las dos se despidieron de Ramírez y Serrano. Quienes las miraron como
pensando mal… “Supongo que siempre me
vieron irme con Sara y era la primera vez que me iba de la Central con Stone,
que estarían pensando que algo pasaba”. Creía Romano.
Ya
en el coche, Laura no pudo aguantar la curiosidad…
-Hey,
¿Y sabés qué pasó con Estévez y Sara?
-Parece
que por fin algo pasó… - Le contestó sin dejar de mirar el camino – Funcionó tu
idea, así que supongo que debemos esperar para que hablen y se pongan de
novios…
-¡¡Ya
de novios!! – Exclamó Laura.
-Por
supuesto, ¡De novios… y después casamiento! O crees que los uní para que se
encamaran nada más…
-Jajá
- Riendo - Si que eres guardabosque con Sara.
-Con
respecto a nuestra cita – comentó con la mirada fija en el camino y sin perder
la atención al volante – ¡¡Qué tal si vamos a cenar por ahí!!
La
miró desconcertada. “Nuestra cita, estaba
tomando lo de la cita en serio o se estaba burlando de mí”. No sabía que
decir…
-Ehhh
-Ehhh
¿Qué? ¿Aún no tenés un día libre esta semana para mí? – Y volteó para sonreírle.
-Pues
no me fijé en la agenda…
-Pues
no te fijes, Conozco un pequeño restaurante tranquilo a dos cuadras de acá –
Dijo y direccionó el coche para doblar
en la esquina.
-Y
si no queda otra… tú manejas.
-Así
es… - Y no habló más. Detuvo el auto y
bajaron. Laura no conocía el lugar, pero desde afuera parecía un lugar
tranquilo, como ella decía, era acogedor y bastante familiar.
Entraron,
Stone le señaló una mesa cerca de la puerta… Y ahí fueron. Corrió la silla para
que se sentara primero. Y así lo hizo Laura, entonces ella rodeó la mesa y se
sentó frente de Laura. Llamó al mozo… quien se acercó inmediatamente pues se
encontraba a unos metros, las saludó y les estregó un menú a cada una.
-¿Querés
algo en especial? – Le preguntó leyendo su menú. Por su parte, Laura no podía
leer la carta, la miraba atontada. Pues no podía creer que estaba ahí, sentada
con ella teniendo una cita.
-No
me decido… - Y fijó la vista en el menú para leer las lista de comidas… - Creo
que pastas ¿y Vos?
-No
es mala idea… Aquí la lasaña napolitana es muy buena.
-Entonces
probémosla… ¿te parece?
-Hecho
– Y levantó su mano llamando de nuevo al mozo.
Cuando
este llegó a la mesa, le pidió las lasañas y un buen vino…
La
cena fue realmente divertida. Y Se pasó volando el tiempo. Trató de hablar poco
del trabajo. Fue imposible no tocar el tema de Estévez y Sara, pero no se
concentraron tanto en ellos, sólo comentaron la situación. Y poco a poco trato
de interrogar a Laura sobre sus gustos, sobre su vida… Ella debía admitir que
hablar con Stone resultaba muy fácil, pero ni ella ni Laura se soltaban del
todo… Laura sentía que las dos decían la verdad sobre todo lo que hablaban,
pero era todo a medias.
Después
de la cena volvieron a casa…
-Hey,
me divertí – Le dijo yéndose para su cuarto.
-Yo
también, No eres tan aburrida como siempre pareciste… - Le contestó sonriéndole
Laura
-Parecer
no es lo mismo que ser – Repitió – Qué descanses, hasta mañana – Saludó y se
metió en su cuarto. Laura hizo lo mismo.
Dio
vueltas y vueltas en la cama, no dejaba de pensar en el momento que había
pasado con ella. ¿Podía ser qué ella
estuviera interesada en mí? Su sonrisa le invadía el pensamiento, no quería
pensar, razonar, no sabía que sucedía en ella… sólo deseaba dormirse soñando
con su sonrisa.
Los
siguientes días los pasó, muy ocupada en el trabajo, Stone le tocó una
infiltración con Estévez, pero ambos solicitaron el respaldo informático de
Sara y de Laura desde la Central. Se podría decir que a pesar de no verles
mucho, se mantenían en contacto con ellas vía teléfono. Y Sara y Laura se la
pasaron investigando de todo un poco para que ellos pudieran hacer bien su
trabajo.
Siempre
regresaba a casa con Sara y esta estaba siempre muy ansiosa. El asunto con Wal
parecía venir bien… Y Sara estaba tan contenta que se la pasaba hablándole de
él. Estaba desconocida, pero Laura debía admitir que le caía muy bien la
felicidad.
-Y
vos… ¿Qué pasó en la cita que tuviste con Joan? – Le preguntó una noche
mientras cenábamos en su departamento.
-¿Cita?,
¿Qué cita? – Retrucó como queriendo evitar la charla.
-Vamos
que sé que saliste a cenar con Joan el pasado lunes…
-El
lunes… ¡Ah!... ¿Eso fue una cita? – Se hacía la tonta – Pensé que sólo habíamos
salido a cenar juntas porque no había nada en la heladera de casa para comer.
-Mmm
se me hace que la pasaste muy bien…
aunque no me quieras contar nada.
-Ya,
Ya… sí, la pasé muy bien, me sorprendió su actitud amistosa eso es todo. Pero
nada más.
-Nada
más… Mmmm – Sara intentaba hacerla hablar.
-¿Mmm
qué?
-Nada,
digo que nada más.
-¿Ya
hablaste con Estévez? – Le cambió el tema.
-No,
pero llamará más tarde – y miró su reloj – Como en media hora.
-Tiene
que fichar el señor…
-Así
es, ¿Y Stone no te ha llamado? – Le daba la vuelta otra vez.
-Pues
no, sólo me ha hablado a la Central para pedir esta o aquella información que
vos o yo buscamos…
-Y
por qué no me llama a mí para pedir la información que me toca buscar… -
Comentó y se sonrió.
-No
sé, deberías preguntarle eso cuando vuelva… - Y se levantó de la mesa – Ya es
tarde, mejor me voy a dormir.
-
Vete a descansar, qué seguro mañana esos dos nos tienen a las corridas con
algo…
-Espero
qué no… Nos vemos mañana… - La besó en la mejilla y se salió de su
departamento, para cruzar el pasillo y entrar al suyo.
Estaba
durmiendo muy bien desde su cena con Stone, era apoyar su cabeza en la almohada
y dormirse pensando en su sonrisa.
Estévez
apenas regresó de la infiltración, no esperó mucho, en menos de dos semanas,
admitió ante todos sus compañeros que estaba saliendo con Sara. Ya casi la
mayoría se la había pasado comentando… sobre ellos, que no tomó a nadie de
sorpresa. En el trabajo Wal no era muy
demostrativo, pero fuera, no se despegaba de ella.
Por
otro lado, los cuatro comenzaron a pasar más momentos juntos en sus tiempos
libres. Que salir a cenar, que ir a bailar, o al bar donde se reunían los
chicos del equipo, juntarse simplemente en el departamento de Sara, el de ellas
o el de Estévez, daba lo mismo el lugar, la cuestión era compartir y divertirse.
Ya todos comentaban que veían a Laura muy
cerca de Stone, y que algo estaba pasando entre ellas. Lo cual era y no era
cierto. Sí pasaba algo, y era que se habían hecho amigas… pero de ahí a lo que
las mentes morbosas estaban ya pensando, nada.
Sin
embargo, cada vez que salían los cuatro, Sara no perdía la oportunidad para
tirar indirectas con respecto a ellas. Pero tanto Stone como Laura, siempre sabían
cómo evadirlas o las tomarlas en broma.
Cuando
estaba a solas con ella, se mostraba muy amable, cariñosa, casi como se
comportaba con Sara. Pero sentía que a veces, disimuladamente, su mirada se
clavaba en Laura y esta temblaba cuando se acercaba a ella y vivía tratando de
disimular su nerviosismo.
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